A gelato a day, keeps the doctor away, o eso me aplico yo para tener excusa y comerme un helado (o más) diario en Italia. Y es que los gelati italianos son mucho mejores de los que se acostumbra a encontrar por aquí. Y siempre que visito Italia, procuro probar sus gelati. Llevaba muchos años sin pisar Roma y fue un placer regresar, pasear y especialmente comer.
Los precios del cono o de la copetta pequeña suele empezar por 3€. Lo de pequeño es un decir, porque es un gelato enorme.
Tengo la suerte de tener amigos en Roma a quienes les he pedido sus gelaterie preferidas, he ido a probarlas todas y esta es mi selección -no es un ranking-:
– Giolitti: está clásica y tradicional cafetería, tiene un rincón de helados que elaboran diariamente. Por su ubicación cerca del Panteón y por su fama, está siempre repleta de gente -especialmente turistas-.
Vale mucho la pena hacer algo de cola para probar sus propuestas, de sabores más bien tradicionales, que incluyen Nutella. Se tiene que pagar primero y con el scontrino te dan el gelato.
Su gelato de chocolate negro, es mi top 1 en Roma.
– Ping Pong: en Roma hay dos heladerías con el mismo nombre. Yo hablo de la que se encuentra en Viale Marconi, algo apartado del centro y cerca de la estación de tren de Trastevere.
Es pequeña, sin espacio para sentarse y disponen de cientos de gustos, clásicos y atrevidos.
Propuestas divertidas como bounty, cassata siciliana, cannolo siciliano, after eight... su chocolate negro y su gelato di Nutella son deliciosos.
– Neve di Latte: tienen cinco tiendas en Roma. Os propongo visitar la de via Luigi Poletti 6 y de paso visitáis el Museo Maxxi y el Stadio dei Marmi (que son dos grandes desconocidos para los turistas por estar lejos del centro).
Es un espacio encantador con mesas para sentarse.
La propuesta es reducida y está basada en recetas tradicionales. Son todos gelati veganos y con productos naturales. Os gustará mucho.
– San Crispino: ubicación ideal para los turistas, en la via de panadería 42, a pocos pasos de la Fontana di Trevi. Dispone de una mesa en un rincón pero oficialmente no hay espacio para sentarse. Además, quien te atiende, es bastante antipático y entiende poco el italiano. Los precios son algo más altos de lo habitual.
A pesar de ello, sus gelati están muy buenos, y van cambiando los sabores según temporada. Los de frutas como el de pomelo es espectacular.
– Fata Morgana: hay siete tiendas en Roma. La chef y creadora, Maria Agnese basa sus recetas en recuerdos familiares, antiguas, influencia orientales, recetas tradicionales de diferentes regiones del mundo, pero sobre todo de sus recuerdos.
Los helados están muy ricos, y el de tiramisú es un punto y aparte: en la masa hay trozos de «bizcocho» o galletas, por lo que además el sabor es muy consistente. Realmente interesante.
Yo en Italia voy a gelato por día mínimo y he escrito otros artículos compartiendo mi pasión por los gelati: – En este link podéis leer mis sugerencias de gelaterie y de pasticcerie en Milán
– En este link podéis leer mis sugerencias de gelaterie y de pasticcerie en Florencia
– Aquí podéis leer cuáles son los mejores gelati en Bologna.
Para ser honestos, algo he encontrado cerca de casa que se le parece mucho y alivia mi imposibilidad de viajar constantemente a Italia, La Carambola en Barcelona y aquí encontráis más helados en la ciudad condal que me encantan.