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Tailandia sigue siendo uno de los más populares destinos de viajes, conozco muchísima gente que este verano ha elegido este destino; y mi consejo es siempre que cuenten con varios días para conocer Bangkok. Dinámica, cosmopolita, tradicional y siempre sorprendente. Yo la amo.
Luego viene la elección de dónde alojarse: siempre propongo dos opciones a quiénes me preguntan: Sukhumvit y la zona del río Chao Phraya. Y sin duda, en la zona del río el ganador indiscutible es Mandarin Oriental Bangkok por su estilo clásico y al mismo tiempo contemporáneo, por su servicio, excelencia y por su historia. Son muchos mis motivos por elegir este Mandarin.
En el año 2016 para conmemorar el 140 aniversario del hotel, la Garden Wing (edificio histórico en el jardín) experimentó una renovación completa y añadió doce suites dúplex. Éste ha sido uno de mis motivos para volver a alojarme en él.

Para ver mis fotos de Mandarin Oriental Bangkok linkar aquí
Para ver mi vídeo de mi Garden Suite en el Mandarin Oriental Bangkok linkar aquí
Para ver mi vídeo del The Oriental Spa en el Mandarin Oriental Bangkok linkar aquí
Para ver mi vídeo de la Suite en The Oriental Spa en el Mandarin Oriental Bangkok linkar aquí
Para leer mi guía de Bangkok linkar aquí
Mi último idilio con la Grande Dame de Bangkok empezó con un #pickupinstyle

Y un recibimiento digno de la realeza: el portero vestido con un traje colonial tradicional tailandés, impecable y sonriente.

El vestíbulo de entrada es siempre impresionante, con las garlandas de flores frescas hechas a mano que cuelgan de techo a suelo y que van cambiando cada poco. Es un lugar único, sin duda, mi lobby urbano preferido en el mundo. En todos los rincones de las partes públicas veremos detalles ornamentales que se repiten en los acentos florales de seda, obras de arte orientales enmarcadas en oro y orquídeas frescas preciosas.

Con la celebración de los 140 años, se dió un lavado de cara al exclusivo Author’s Lounge (el mejor lugar donde podéis tomar el té de la tarde): con suelos de mármol blanco, la maravillosa escalera imperial permanece inalterada, sillas de ratán en forma de abanico, estampados de palmeras tropicales, y cuatro nuevos salones dedicados a huéspedes literarios del hotel, escenarios de bodas y celebraciones de la sociedad tailandesa. Si no os alojáis en el Mandarin, tenéis que ir al menos a disfrutar de este escenario del té de la tarde.

En el hotel hay 324 habitaciones y 44 suites. Mi Garden Wing Suite estaba en la tercera planta de este edificio colonial, es un dúplex con vistas panorámicas al jardín y río, con salita y comedor separados, pequeña kitchenette, y por supuesto, los servicios de un mayordomo, quien puede hacer o deshacer la maleta y todo lo que necesitemos.

Los interiores son maravillosamente armónicos: la madera blanca y la oscura juegan con los tejidos sofisticados, y decorado con obras de arte tailandesas.

Baño en la parte superior, todo de mármol con ducha y bañera separados y unos toiletries de hierba de limón (el clásico lemongrass tailandés) muy característico.

El buffet de desayuno se sirve en la terraza del río bajo sombrillas verdes. Hay de todo, es espectacular. Es otra opción fantástica si no os alojáis allí y que recomiendo probar a todo el mundo

De hecho, toda la gastronomía es fabulosa, desde el restaurante biestrellado Le Normandie del talentoso y simpático chef francés Arnaud Dunand,
Çquien cocina en la quinta planta del Garden Wing -edficio colonial-, con unas vistas de infarto:

Sabores puros y precisos, las combinaciones de sabor maravilloso y la sutileza de las hierbas y condimentos ofrecen una experiencia auténtica y única de la alta cocina.
Estos dos fueron mis dos platos preferidos del menú degustación y decir que el postre de la vaina de cacao, ha sido uno de los mejores postres de chocolate que he tomado jamás.

Si queremos degustar gastronomía tailandesa sólo tenemos que cruzar el río y cenar –como yo ya hecho muchísimas veces- en Sala Rim Naam, donde tenemos dos opciones: cenar en el interior y ver el espectáculo de danzas tradicionales tailandesas o cenar al fresco con vistas al río como elegí en mi última visita.

Durante mi estancia a parte de comer y comer más, también disfruté de muchas de las actividades que ofrece el hotel, reflejo del arte tailandés y del consabido Thainess:
– Cada mañana me unía a las clases de yoga gratuitas a las 7,30. La mejor manera de empezar el día

– Clase de Muay Thai, en este artículo podéis leer mi experiencia en el nuevo gimnasio adecuado para boxeo tailandés en el Mandarin Oriental Bangkok. Es chulísimo, acabaréis destrozados y empapados de sudor, pero tenéis que probarlo.

The Oriental Spa es un destino en sí mismo: enfocado en tratamientos tradicionales tailandeses llegando a la profundidad de los músculos para dar el mayor confort posible al cliente; y además con su ubicación en una mansión de teca de más de cien años al otro lado del río, añade una dimensión extra a nuestra estancia. No en vano, es uno de los spas más galardonados del mundo.
He tenido la inmensa suerte de haber disfrutado de diferentes tratamientos, pues cada vez que visito Bangkok, voy a probar las novedades, por ejemplo podéis leer en este artículo mi última experiencia hace unos meses con muay thay y un masaje espectacular. También probé los productos de QMS Medicosmetics cuando los implementaron, aquí podéis leer mi experiencia
Esta vez he probado el tratamiento de dos horas y media Spirit of Isaan, que incorpora elementos naturales del noroeste de Tailandia: primero se realiza una envoltura con arroz negro pegajoso, granos de café y jabón de arroz de jazmín con un efecto desintoxicante, y seguido de una exfoliación. Se sigue con un masaje rítmico con bambú, y con un martillo. Sí, habéis leído bien, con un martillo y se van dando golpecitos suaves a los músculos para conseguir la sensación de profunda relajación.

Sigue con un baño relajante y una bebida détox. Y todo ello, en la suite principal del The Oriental Spa que como véis en este vídeo, es fabulosa.

Cuando se llega a The Oriental Spa, se recibe una infusión a modo de bienvenida y para ya entrar en fase de relax. Esta infusión cambia a diario y la regalan al marchar para que se pueda degustar también en casa

También probé The Warrior Massage (el masaje del guerrero), con este nombre bélico, tuve un masaje similar al tailandés pero con unos movimientos de tendencia más aérea, tal cual suena!
También me hice un facial pues es elemental cuidar la piel con la humedad atmosférica de Bangkok.

Más actividades que podéis hacer durante vuestra estancia:
– Aprendí a hacer garlandas con el florista del hotel Ken Thitiwat y con su ayudante Rachanon Wilunkit, pasamos una divertida mañana hilvanando flores y riendo.
Esas garlandas son las mismas que encontramos cerca de los templos, y las mismas que adornan todo el hotel, o te dan de bienvenida.
En este vídeo podéis ver cómo se hace.

– El hotel está situado en Charoenkrung, y éste es el “nuevo” barrio boho-chic de la ciudad, no os perdáis mis sugerencias para ver, comprar y disfrutar en Charoenkrung

Una muy buena opción también es relajarse en las comodísimas tumbonas de la piscina y dedicarse a leer y a disfrutar de ver pasar los barcos por el río.

Para llegar a la capital de Tailandia, volé desde Vietnam con Bangkok Airways. Llevo años utilizando esta aerolínea boutique porque enlaza muchas ciudades asiáticas a un muy buen precio y además con un servicio top