Viajar no es sólo lo que nos gusta o lo que tenemos que evitar, viajamos porque somos curiosos, porque queremos ver otros lugares, conocer otras culturas y descubrir cosas nuestras de las que no éramos conscientes. Salir de nuestra zona de confort y aprender.
Después de años recorriendo el mundo y acumulando experiencias en hoteles, aeropuertos y estaciones, he recopilado una serie de orientaciones y consejos basados en mi propia experiencia. Aquí os comparto una mezcla de reflexiones y recomendaciones que pueden hacer vuestro viaje más cómodo y libre de imprevistos:
– Viajo facturando maleta: si son más de 3 noches fuera, siempre pago para facturar mi maleta Gladiator grande. Así me olvido de la eterna duda «¿y si hubiera traído esto?», llevo suficiente ropa para que nada me pille por sorpresa. Prefiero que me sobren cosas a que me falten.
Siempre en la maleta de mano añadid una muda por si os pierden la maleta facturada. Imprescindible.
Aquí os explico cómo hacer la maleta perfecta, y siempre con maletas Gladiator.
– Aeropuertos/estaciones: disfrutad de las instalaciones del aeropuerto o de la estación; están diseñadas para hacer más ameno el tiempo de espera. Comprad, leed y pasead. Y ahí todos somos iguales esperando acceder al avión, esperando que llamen al grupo de embarque. Mochileros y directivos, todos en la cola. Y recordad siempre ser amables, la bondad se agradece en el aeropuerto y siempre.
Un consejo esencial: llegad con tiempo suficiente y no apuréis, los aeropuertos están cada vez más llenos y no siempre podréis alcanzar vuestra puerta de embarque si llegáis con pocos minutos de antelación. Yo no me arriesgo y prefiero disfrutar de las instalaciones del aeropuerto o de la estación. Soy de las que siempre acaba comprando algún bolso o alguna prenda en los tiempos de espera.
– Cancelaciones: shit happens y situaciones inesperadas como retrasos o cancelaciones pasan con frecuencia. Por eso, aún teniendo el viaje planeado al milímetro, siempre hay imprevistos. Sugiero no reservar vuelos de enlace el mismo día de llegada, sino dormir una noche en nuestro primer destino y reservar nuestro siguiente vuelo para el día siguiente. Me ha pasado.
Armaos de paciencia y si os encontráis con retrasos o vuelos cancelados, tened siempre un buen libro a mano o podcasts. Sed amables con los empleados del aeropuerto, que no son los que han decidido la cancelación o el retraso. La flexibilidad y la paciencia son súper poderes.
– Comida: siempre viajo con bocadillos que me hago en casa y fruta. Prefiero mi propia comida que comprar las propuestas del aeropuerto -jamás coinciden con mis preferencias (tengo que reconocer que soy la típica tikismikis)-. Siempre me llevo más de los que necesito porque «nunca se sabe». Piezas de fruta o incluso a trocitos en un tupper.
Y, por supuesto, algo que me haga feliz como chocolate negro, para ir picando y satisfacer mi deseo de algo dulce…
– El wifi no es un lujo, es el oxígeno de los viajeros. Siempre busco hoteles que me ofrezcan internet rápido, fiable y seguro. No sólo para trabajar, sino también para ver series en mis plataformas preferidas.
Cuando viajo fuera de Europa, justo aterrizar siempre compro una tarjeta sim para tener datos locales.
También existen e-sim pero todavía no las he probado. Algunos amigos me recomiendan Etravelsim y Airalo.
– Dinero: llevaos dinero en efectivo, sin duda. Algo, siempre. Llevaos mínimo dos tarjetas de crédito.
También os recomiendo utilizar Revolut así evitáis utilizar la tarjeta de crédito si no confiáis en la tienda o para importes pequeños. Es una buena combinación que me funciona.
– Seguro de viaje: imprescindible, especialmente de salud. Nunca sabes qué te puede pasar y la sanidad pública en otros países no siempre funciona como en España. Nunca mejor dicho: más vale prevenir que curar.
– Papel: imprimid la tarjeta de embarque, el billete de tren, avión, la confirmación del hotel o lo que sea. Os pueden robar el móvil, se puede acabar la batería o podéis no tener datos. No os arriesguéis por este detalle.
Por cierto, llevaos en la maleta de mano o en la mochila un cargador universal y una batería de móvil. No siempre están disponibles los pocos enchufes de los aeropuertos.
– Jetlag: intentad adaptaros cuanto antes a la zona horaria de vuestro destino. Siempre intentad ajustaros a la zona horaria de dónde lleguéis. Aunque estéis cansados y hayáis volado toda la noche sin apenas dormir, intentad sobrevivir realizando actividades durante el día para permanecer despiertos y empezar a combatir el jetlag. Sincronizad vuestro cuerpo y mente con el destino.
En Barcelona siempre utilizo los servicios de Blai Limousines:
– La comodidad: aunque sea más caro, viajo en vuelos directos y pago por embarque prioritario. También evito tomar vuelos antes de las 9 de la mañana. Los que he tomado a las 6 de la mañana implican en mi caso, salir de casa a las 3,30. Mi comodidad no es un lujo, cuesta algo más pero me da la tranquilidad que necesito para viajar cómodamente (y no muerta de sueño).
La comodidad también es clave a la hora de vestir. Siempre me pregunto cómo hay personas capaces de hacer viajes largos con sandalias de tacón, bermudas, chanclas o minifaldas. Yo viajo en chándal y con abrigo pues en los aviones acostumbra a hacer un frío polar.
Cuando tengo más de tres horas de espera, siempre pago el acceso a la sala VIP del aeropuerto. Aprovecho mi tiempo trabajando y descanso si puedo. Con frecuencia, este servicio es ofrecido gratuitamente a los clientes de Clubs Automovilísticos, tarjetas de crédito, etc… tal vez tengas en tu cartera una acceso libre a la sala VIP, vale la pena comprobarlo.
– Amabilidad: la gente recuerda cómo les hiciste sentir, trata a los empleados de los hostales, de los restaurantes, de los hoteles de lujo, a los taxistas o a los tripulantes de vuelo, como quieras que te traten. Ellos saben que en el mundo de los hoteles y hostelería todo gira en torno a crear experiencias memorables. Por eso, casi siempre se esforzarán en ser amables. Correspóndeles con una sonrisa.
– El lujo es un concepto amplio: puede ser un hotel de lujo de mínimo 1000€ por noche, pero también puede ser un lujo ser testigo de una puesta de sol preciosa con una copa de vino, o disfrutar de caminar por las montañas de refugio en refugio. El auténtico lujo es disfrutar de tu tiempo. La magia de viajar está llena de momentos así, muchos incluso inesperados.
¿Algún consejo viajero que me podéis dar?