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Una de las capitales europeas que tenía pendiente es Bratislava, capital de Eslovaquia. Había ido posponiendo el viaje porque no tiene conexión directa desde Barcelona. Las opciones eran viajar desde Viena, a tan sólo a 67 kilómetros o desde Budapest a 153 kilómetros. Por fin me decidí y compré un billete a Budapest, donde pasé unos días, y luego con el autobús Flix (2 horas y media, 16€) llegué a Bratislava.
Comentario: todo el mundo que había estado, me decía de visitar sólo durante el día, de no dormir que Bratislava era una visita de un día, sin necesidad de quedarse a dormir. Sin embargo, decidí tomármelo con calma y visitar en los palacios y museos. Elegí pasar dos noches en el hotel Crowne Plaza Bratislava. Después tomé un tren a Viena, un trayecto que sólo dura una hora.
Creo que la ciudad ofrece mucho más de lo que me habían comentado, por lo tanto incluso me hubiera ido bien disfrutar de una tercera noche. Pude hacer todo lo planificado, pero siempre sin pausas.
También os recomiendo comprar la Bratislava Card porque incluye la mayoría de las atracciones turísticas. Yo pagué 27,20€ por la de 48 horas:

Os comparto aquí qué ver, no es un ranking, sino mi selección de todo lo que visité:

Palacios

Castillo de Bratislava: yo subí a pie bajo un sol de justicia, y a pesar de que me lo pintaron muy crudo, es un paseo facilito. Oficialmente es el símbolo de la ciudad, la atracción más importante, pero a mí los interiores me decepcionaron: está muy reconstruido y nada comparable con otros castillos que habréis visitado. En cualquier caso, vale la pena para entender la historia de Bratislava (es la sede del Museo de Historia de Eslovaquia) y para disfrutar de las imponentes vistas.

La primera referencia escrita de Bratislava aparece en los Anales de Salzburgo del año 907, en relación con una batalla entre bávaros y húngaros. La colina del castillo estuvo habitada desde finales de la Edad de Piedra, siendo los celtas sus primeros pobladores conocidos, quienes fundaron un asentamiento fortificado llamado
Oppidum. El Museo alberga colecciones que ilustran el desarrollo de la sociedad eslovaca desde la Edad Media hasta la actualidad, además de una interesante colección numismática que abarca desde los tiempos más antiguos hasta el presente.
La entrada cuesta 14€.

Viejo Ayuntamiento: sin duda es mi museo favorito con diferencia. Me encantó. Allí también se encuentra la sede del Museo de la Ciudad de Bratislava, el museo más antiguo de Eslovaquia, fundado en 1868. Después de subir las estrechas escaleras que llevan a su torre de 45 metros de altura, seréis recompensados con una hermosa vista panorámica del casco antiguo.
Es el lugar donde se reciben las delegaciones que visitan la ciudad y un sitio emblemático.

Museo de Historia de la Ciudad: fue establecido por la Sociedad de Embellecimiento de Bratislava. La iniciativa surgió en la sesión de la sociedad el 1 de julio de 1868, impulsada por Jozef Könyöki (1829-1900), un profesor de la escuela de gramática. Könyöki se convirtió en el primer conservador del Museo y ocupó este cargo hasta su fallecimiento. A día de hoy, todavía se puede visitar su oficina en el mismo lugar.
El museo documenta la historia de Bratislava, desde los primeros períodos hasta el siglo XX.
Palacio del Primado: es un palacio clasicista construido en el siglo XVIII en el que se firmó la Paz de Pressburg tras la victoria de Napoleón en la batalla de Austerlitz. En este histórico encuentro participaron los representantes de los emperadores francés y austriaco. El palacio alberga una galería con una colección única de seis tapices ingleses del siglo XVII y también es a su vez sede del alcalde de Bratislava.
La visita se realiza con audioguía que va explicando los detalles de las 14 salas que se visitables.
La entrada cuesta 2,40€ y con la Bratislava Card hay un 20% de descuento.
Palacio Mirbach: sede de la GMB Bratislava City Gallery y uno de los edificios mejor conservados que ejemplifican la arquitectura original de la antigua Pressburg. Una joya rococó construida en el sitio de un edificio anterior que data de 1459.
En el primer piso, conocido técnicamente como el «piso noble”, se han conservado un número significativo de los elementos interiores originales de la decoración rococó. Estos incluyen estufas de azulejos, paneles de madera en las paredes, consola, espejos y la decoración de estuco en los techos. En el primer y segundo piso, también se han conservado las puertas y ventanas originales con sus elaborados herrajes y manijas de latón.

Palacio Pálffy: es un palacio del siglo XVII de la familia Pálffy. Después de una demolición parcial a principios del siglo XX, solo queda el pabellón de verano del complejo palaciego original. En la actualidad, el edificio es un monumento cultural protegido y se utiliza para eventos culturales.
Mozart ofreció un concierto en el palacio durante su visita a Bratislava.
Cuando yo lo visité había exposiciones contemporáneas muy curiosas e interesantes.
La entrada cuesta 8€.

Palacio de Grassalkovich: es un palacio de verano ejemplo de la arquitectura rococó construido en 1760 por encargo del Conde Antal Grassalkovich, un noble húngaro que era jefe de la Cámara Húngara. El compositor Joseph Haydn también actuó aquí. Desde 1996 es la sede del Presidente de la República Eslovaca. No se puede visitar.

Otros

Puerta de Miguel: es la única puerta de acceso a la ciudad, que se conserva de la antigua muralla de fortificación, que en su tiempo contaba con cuatro entradas.
Se accede a pie y en cada planta hay una pequeña explicación a modo de exposición. La torre del 1291 y 51 metros de altura, ha sido recientemente restaurada.
Se compra la entrada a 17 metros del acceso principal, en una antigua farmacia que actualmente se está renovando para convertirse en un museo. Cuesta 3€.

UFO: su forma, que recuerda a un objeto volador no identificado (OVNI), lo convierte en un mirador único ubicado en los pilones del puente SNP, a una altura de 95 metros. Desde allí, se pueden disfrutar de impresionantes vistas de la ciudad, con una visibilidad de hasta 100 km.
Subir tiene diferentes precios según la hora; yo pagué 9,50€ con el descuento de la Bratislava Card.

Slavin: es un monumento conmemorativo de guerra de 52 metros de altura, que se erige como una de las características dominantes del horizonte de la ciudad. Es el cementerio de 6845 soldados del ejército soviético que perdieron la vida durante la liberación de Bratislava en la Segunda Guerra Mundial.
Yo subí a pie bajo un sol de justicia.

Iglesias

Catedral de San Martín: es una iglesia gótica de tres naves del siglo XV y conocida como la antigua iglesia de la coronación. En lo alto de la torre de la catedral, a una altura de 85 metros y con un peso de 150 kg, se encuentra una réplica dorada de la corona, que recuerda esta época gloriosa en la historia de la ciudad.
Está construida en el emplazamiento de una antigua iglesia románica de 1221, dedicada al Santo Salvador. Después de 1291, cuando Bratislava recibió los privilegios de ciudad, la iglesia fue reconstruida para integrarse en las murallas de la ciudad y su torre sirvió como bastión defensivo. La iglesia actual fue consagrada en 1452.

Iglesia Azul: oficialmente es la iglesia de Santa Isabel, construida en estilo Art Nouveau a principios del siglo XX, destaca por el color azul de su fachada, realizada con atención al detalle y con el uso frecuente del mosaico. Es un lugar popular para bodas y bautizos.

Restaurantes

Klástorný Pivovar, una antigua cervecería cuya sala principal en la primera planta es enorme y muy bonita.
– También recomiendo Mestianske Pivovar, yo cené en la de la calle Drevená 575/8.
En este link encontraréis todas mis fotos de Bratislava
Aquí podéis leer mi artículo sobre dónde encontrar las mejores vistas en Bratislava
Podéis mirar #GraupixBratislava en todas mis redes sociales para más fotos y comentarios.