El Hotel Sacher es uno de los símbolos de Viena. Un edificio histórico inaugurado en 1876 que rezuma antigüedad y elegancia en todos sus rincones. De propiedad familiar dispone de 152 habitaciones, divididas en seis edificios interconectados y todas ellas diseñadas conjuntamente por su propietaria, Elisabeth Gürtler y el diseñador Pierre-Yves Rochon, en un suntuoso estilo del siglo XIX, con antigüedades y sedas. Su Café Sacher es prácticamente un ritual obligado para todos los visitantes de la ciudad.
Historia
Desde 1832, el nombre Sacher ha sido sinónimo de auténtico lujo austriaco, excelente cocina local y momentos inolvidables con un excelente servicio personal. Hoy en día, es uno de los últimos hoteles familiares de cinco estrellas superior y gestionados por las familias Gürtler y Winkler.
El principio fue el pastel: en 1832, Franz Sacher, aprendiz de chef en la corte del Príncipe Metternich, creó el que probablemente sea el pastel más famoso del mundo hoy en día: el Original Tarta Sacher.
Fue el hijo de Franz Sacher, Eduard, que abrió el Hotel Sacher en Viena en 1876. Junto con su esposa Anna, lo llevó a la fama internacional. Ya por entonces, la sociedad local e internacional disfrutaban con sus visitas al Sacher.
Ubicación
Está en el centro histórico. Su popular fachada domina una esquina al final de una de las principales calles comerciales del centro, Kärntner Strasse, y se encuentra frente a la Ópera y el Museo Albertina. La catedral de San Esteban se encuentra a 600 metros a pie. La zona cuenta también con lugares de interés general y estaciones de metro y tranvía del primer distrito, a menos de 10 minutos a pie. Inmejorable.
Distribución
En la entrada al hotel está ubicado el Concièrge -quien ayuda a los huéspedes con todas las dudas y preguntas que puedan tener- y desde allí me acompañaron a la discretísima (y casi escondida) recepción:
En la planta baja se encuentran los diferentes salones. El rojo que viene a ser como un salón de casa elegantísimo:
A su lado está el salón azul que acoge el Blaue Bar, y a continuación descubrimos el restaurante Grüne Bar, como su nombre indica está completamente decorado en verde. Además de restaurante también se utiliza como espacio anexo para el desayuno.
Justo enfrente está la sala de desayunos:
En la planta baja también se encuentra el popular Café Sacher, donde siempre veréis gente esperando para entrar.
En la quinta planta se encuentra el Boutique Spa.
Mi Suite
La decoración de todas las habitaciones es preciosa, con varios colores predominantes: verde, rojo, azul, dorado y marrón topo combinan la elegancia con elementos modernos: paneles de pared minimalistas y telas sutilmente en relieve combinadas con techos altos y candelabros eléctricos. Las suites tienen balcón con vistas a la ópera clásica o al Museo Albertina.
Esta vez dormí en la Suite Antigonae, la 614, una auténtica preciosidad y con vistas al Albertina.
Los baños de mármol de suelo a techo tienen duchas fijas y bañeras profundas con amenidades de Etro (se puede elegir entre un par de marcas):
Una máquina Nespresso, bolsitas de té, todo para complementar un trocito de tarta Sacher que me dejaron a diario, ¡qué delicia!
Y con detalles de bienvenida únicos:
En otra ocasión me alojé en la Der Rosenkavalier Suite, también es una suite espectacular.
Gastronomía
Sin duda, el hotel es mundialmente famoso por su icónico pastel y por su elegante cafetería donde degustarlo. Hay cola a diario y a todas horas, tened paciencia que es muy grande y entraréis. Os comparto las propuestas gastronómicas del Hotel Sacher:
– Blue Bar para tomar una copa antes de la cena y para degustar propuestas sencillas y deliciosas.
– Restaurant Rote Bar: en un entorno elegantísimo nos proponen recetas tradicionales austriacas y excelentes clásicos vieneses refinados, elaborados con los mejores productos de proveedores regionales:
– Restaurant Grüne Bar: otro elegantísimo restaurante del que yo disfruté durante el desayuno.
Sirven creaciones únicas del chef Anton Pozeg.
– Café Bel Étage: otro café algo más informal que sirve desayunos, almuerzos y meriendas.
Ahí encontramos todas las propuestas de la pastelería Sacher. Hay dos plantas, y tuve la suerte de tener la mejor mesa de la primera planta:
– Sacher Summer Garden: este restaurante pop up está abierto sólo en verano, es la terraza perfecta para disfrutar de los champanes de Laurent-Perrier
y de una gastronomía refrescante y deliciosa como este gazpacho de melón y sandía:
Todos los restaurantes tienen una atención impecable a los detalles y una amabilidad inigualable por parte de todo el personal.
Boutique Spa
En la quinta planta del Hotel se encuentra el elegante Spa. Dispone de un amplio gimnasio, tres salas de tratamientos -una doble-, zona de relax, dos salas de estética, sauna finlandesa, sauna turca, fuente de hielo y sala de sal del Himalaya.
Un spa muy completo para poder relajarse.
Os recomiendo el tratamiento exclusivo Time to Chocolate.
Espero tener la oportunidad de regresar pronto y de disfrutar de otros Hoteles Sacher en Austria.
Aquí podéis leer mi entrevista con el CEO de Sacher, Matthias Winkler.
Para ver mis fotos del Hotel Sacher Wien linkar aquí
Aquí veréis mi vídeo de la Der Rosenkavalier Suite en el Hotel Sacher Wien
En este link podéis ver mi vídeo de la Antigonae Suite
En este vídeo podéis ver el Sacher Boutique Spa
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