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Llevaba muchísimos años sin visitar Budapest y por fin lo pude hacer. Una de mis obsesiones es visitar los cafés históricos y buscar los mejores pasteles. Al igual que Viena, Budapest disfrutó de una próspera cultura de cafetería durante el Imperio Austrohúngaro: a principios del siglo XX, había más de 500 cafés por toda la ciudad. En estos lugares, se mezclaban la historia, la gastronomía y la innovación.
Esta es mi selección y no es un ranking:

Cafés Históricos

New York Café: si pasáis por enfrente, veréis siempre una larga cola, es un lugar de peregrinación para quien visite la ciudad. De estilo renacentista e inaugurado en 1894, es sin duda uno de los cafés más bellos del mundo. Era un punto de encuentro popular para muchos artistas, y casi todos los escritores y poetas famosos de la época visitaban el café. Además, en el segundo piso del edificio trabajaban los editores de algunos de los periódicos más influyentes de la época.
Para evitar hacer la cola, yo reservé una mesa en el restaurante White Salon del hotel Anantara New York Palace y una mesa fabulosa con vistas al New York Café. Sed previsores, y reservad una mesa o id temprano.
Os aseguro que es fabuloso.
Kollázs: no es un café histórico in stricto sensu pero sí está ubicado en el interior del histórico Four Seasons Hotel Gresham Palace edificado en el año 1904.
La brasserie del hotel tiene una zona de cafetería con vistas al Puente de las Cadenas y al Danubio.
Probé dos de sus pasteles, y especialmente el Gresham que es de un chocolate intenso que sigo recordando, es fuera de lo común.

Párisi Passage Café: también está dentro de un hotel, el Párisi Udvar Hotel Budapest. El edificio es del año 1817 y fue totalmente restaurado y reabierto en 2019. Anteriormente fue una lujosa galería comercial y residencia propiedad del barón József Brudern y más tarde se convirtió en la sede de la Caja Central de Ahorros.

Cuando se reformó se conservaron los elementos árabes, góticos y moriscos. El diseño se inspiró en el Passage des Panoramas de París. Su atmósfera recuerda a la Belle-Époque.
Es uno de los lugares más instagrameables en Budapest.
Entre los pasteles más populares está el Cubo Parisi:
Central Grand Café: fue inaugurado en 1887. En su apogeo, fue considerado un importante centro intelectual. En el siglo XX, el café sirvió como lugar de reunión de los escritores de la revista más influyente de la literatura húngara, Nyugat. Realmente un lugar histórico para intelectuales.
Se pueden elegir sus pasteles en versión habitual, o tienen una propuesta con tres opciones minis. Una gran idea.

Café Gerbeaud: abierto desde 1858. De decoración muy elegante, cual palacio para un príncipe. Tienen también una amplia terraza. El interior está lujosamente decorado con candelabros de cristal, mesas con encimera de mármol y paneles de madera de cerezo.
Fue el pastelero suizo-húngaro Emil Gerbeaud quien, tras hacerse cargo del negocio en 1884, revolucionó la industria de la confitería húngara con inventivos dulces y pasteles.
Elaboran algunos de los mejores pasteles tradicionales austrohúngaros, incluidos Dobos, Esterházy, krémes y el pastel homónimo Gerbeaud. También puedes probar una de sus delicias exclusivas, el konyakmeggy, un bombón de cereza agria al brandy encerrado por una cáscara de chocolate.

Cafés monísimos

La Boutique by Mainhart: abierto en octubre de 2023, es un local que comparten Eszter Róber con su tienda de ropa italiana #VDR-VIADELLEROSE, con el laboratorio pastelero de Attila Meinhart, ex chef pastelero de un hotel de lujo y que quiso emprender una nueva aventura con su socia Eszter. El local está dividido en dos partes, entrando a mano derecha la moda, y a mano izquierda el lugar donde diseña y elabora los dulces, y en la primera planta una zona para tomar algo.

Attila renueva sus propuestas cada temporada, es decir cuatro veces al año, y no repite. Es una fuente de ideas inagotable, mezcla los productos de temporada con los mejores chocolates y similares.
Sus croissants también son espectaculares. ¡Ganas de regresar a Budapest y probar más cosas!
Café Magveto: local antiguo reformado y precioso, es una librería con un café. Ubicado en una estrecha y tranquila calle del barrio judío.
Algo tan sencillo, algo tan agradable:

Elaboran un par de pasteles básicos y su oferta es tan limitada como deliciosa:
Otros que no he podido visitar y están en mi lista de pendientes: David’s Bakery, Vaj, Déryné, FreyjaArtizán Budapest.
Esta vez elegí un boutique hotel muy recomendable, el Hotel Rum que dispone de 40 habitaciones de diseño muy industrial, bonitas y prácticas, además tiene de una terraza superior espectacular (y cerrada) donde se sirve el desayuno.
Restaurantes tradicionales que me recomendaron: Paprika, Szimpla Kert (bar en ruinas que está de moda).
Si miráis #GraupixBudapest en mis redes sociales, podréis ver más fotos y comentarios.