Si huis de los lugares repletos de gente y buscáis una ciudad preciosa, con historia y muy agradable, poned en vuestra lista a Bratislava, la capital de Eslovaquia. Yo lo fui retrasando pues no hay vuelos directos desde Barcelona, aunque está tan sólo a 65 kilómetros de Viena (y yo viajo con frecuencia a la capital austríaca). Llegué desde Budapest, una de las ciudades del triángulo que no os podéis perder: Budapest–Bratislava–Viena.
La localización de Bratislava en el cruce de dos importantes rutas comerciales históricas: la del Danubio y la Ruta del ámbar, influenciaron en gran medida el desarrollo del comercio y la artesanía. Durante 247 años Bratislava fue la capital del Reino de Hungría. Fruto de su historia, la ciudad tiene diferentes puntos elevados desde donde podemos admirarla.
Yo utilicé la Bratislava Card para entrar gratuitamente en casi todos los sitios. Os detallo todos los que visité:
– Torre Puerta de San Miguel: situada en lo alto de una de las cuatro puertas históricas de la ciudad, es la única que se conservó.
Curiosamente se compra la entrada a pocos metros del acceso a la torre. Allí mismo, hay una antigua farmacia preciosa.
Por su altura y por su cúpula en forma de cebolla, es uno de los puntos de referencia del casco antiguo. En
cada planta hay alguna exposición explicativa.
El pequeño y estrecho balcón ofrece una vista de 360 grados de la ciudad.
– Torre Castillo Bratislava: es la visita obligada cuando lleguéis. Se accede por un camino medieval y con escalones pero fácil.
Dentro tiene mucho menos que ver que otros castillos, sin dejar de ser interesante.
La torre dispone de vistas 360 grados desde el interior:
Y como siempre en la ciudad, poca gente, perfecto para sentirse turista sin agobios y poder admirar la belleza de Bratislava:
– Torre Ayuntamiento: mi visita favorita en Bratislava, la antigua sede del gobierno autónomo de la ciudad, alberga desde 1868 el Museo de la Ciudad de Bratislava. Es el museo más antiguo de Eslovaquia y es fantástico.
Después de subir las estrechas escaleras que conducen a su torre de 45 metros de altura, la recompensa llega con la maravillosa vista panorámica del casco antiguo.
– Cementerio Slavin: las vistas son a lo lejos, es decir, no hay un mirador (o yo no lo encontré). Subí a pie, una buena cuesta con estrechos escalones. Es realmente impresionante su monolito, que fue diseñado por el arquitecto J. Svetlík. Su construcción finalizó en 1960.
El monumento conmemorativo de guerra más grande de Europa Central, con una altura de 52 metros, es una de las características dominantes del horizonte de la ciudad. Este cementerio rinde homenaje a los 6.845 soldados del ejército soviético que murieron durante la liberación de Bratislava en la Segunda Guerra Mundial.
– UFO: llamado así por su forma claramente inspirada en un ovni (ufo en inglés). La construcción duró 6 años, de 1967 a 1972. Está conectado al Puente de la Revolución Nacional Eslovaca uno de los puentes colgantes más largos del mundo y que conecta el Danubio de lado a lado.
Se sube en ascensor, encontramos un restaurante panorámico y la terraza exterior con vistas panorámicas a 360 grados.
Precio 12,50€, hay un descuento con la Bratislava Card.
Aquí veréis todas mis fotos de Bratislava
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