Cerdeña es una de las mejores islas del Mediterráneo, es una isla llena de historia, de pueblos encantadores, de playas de arena blanca y aguas turquesas y magnífica gastronomía. Yo la visité por primera vez en 2006. Sólo 8 días y di la vuelta a la isla.
Además recordad que estuvo casi 400 años bajo la dominación española y sobre todo esos 400 años dejaron una fuerte huella cultural que les identifica y les diferencia del resto de los «italianos».
Ha sido en 2024 cuando he decidido regresar y conocer bien su capital, una escapada de 4 días que dieron para mucho.
Cagliari es la capital, la ciudad más importante y poblada de la isla, con 150.000 habitantes que llegan a 430.000 con el área metropolitana. Es la principal puerta de acceso a Cerdeña y un importante puerto para los cruceros por el Mediterráneo. Fue dominada por varias civilizaciones, cada una de las cuales dejó su impronta. Cuenta con cuatro barrios antiguos que ilustran la historia milenaria de la ciudad, desde la prehistoria hasta los Saboya.
Es una ciudad muy caminable, de hecho casi todo lo hice a pie, menos una vez que tomé el autobús local para llegar a las playas de Poetto. Os voy a compartir lo que visité, es mi selección, no un ranking:
En el Centro histórico:
– Callejear: perderse por las calles empinadas y estrechas con cafés y trattorie, casitas pintadas de colores y alguna iglesia escondida de vez en cuando.
Yo lo hice con un objetivo concreto, visitar algún museo o iglesia y de paso perderme por los caminos que me llevaron hasta ellos.
– Bastión de Saint Rémy: llamado Il Bastione, es sin duda uno de los lugares más relevantes para ver la ciudad desde un punto elevado. Siempre que visito una ciudad nueva, procuro subir a su punto más alto para hacerme una idea de las distancias y su alcance. Está situado en la plaza, la Terraza Umberto I, que es enorme y casi completamente circular. Hay algún bar para tomar algo disfrutando de las vistas.
Se construyó en estilo neoclásico a partir de la reluciente pietra forte, una piedra caliza blanca y amarilla que abunda en los alrededores. Diseñado en 1896 por los ingenieros Giuseppe Costa y Fulgenzio Setti. Es un monumento que data de finales del siglo XIX en un entorno medieval y construido sobre las antiguas murallas de la ciudad, que se remontan al siglo XIV.
– Paseo cubierto: no os olvidéis de visitar esta galería casi escondida debajo de la Terraza Umberto I. La entrada está como medio disimulada, no fue fácil encontrarla.
Dentro se encuentra un impresionante paseo cubierto que ha tenido varios usos desde que fue inaugurado en 1901, entre ellos el de sala de banquetes, como enfermería durante la Primera Guerra Mundial y más tarde como refugio para los desplazados durante la Segunda Guerra Mundial. También se utilizó como sede de la primera feria comercial de Cerdeña en 1948. Actualmente alberga exposiciones temporales de arte y temas culturales diversos.
Con un camino excavado recientemente, se accede a la Galeria de los Sperone, que con sus murallas y espacios sirvieron como prisión, así como a excavaciones más antiguas. Una visita muy interesante.
– Torre dell’Elefante: es una de las dos torres gemelas de la ciudad; la otra, la de San Pancracio está en otra zona y no se puede visitar. Para visitarla se tiene que ir en los horarios establecidos, consultar su web o la oficina de turismo. Construida durante el período de la ocupación pisana de la ciudad, por el aclamado arquitecto sardo Giovanni Capula, se construyó como parte de las fortificaciones de la ciudad con el fin de protegerla contra la inminente invasión de los Aragoneses.
Con una altura de 31 metros, está construida con tres lados, de piedra caliza blanca procedente de Colle di Bonaria y se dejó abierta en un tercer lado.
Vistas fantásticas desde la cuarta planta (por seguridad, no dejan subir hasta la última planta).
La entrada son 3€ pero yo adquirí allí mismo, un ticket válido para visitar un total de cinco lugares por 8€.
– Catedral de Santa Maria di Castello: en lo alto del barrio Castello se encuentra esta iglesia de 35 metros de largo, 34 metros de ancho y 32 metros de alto, fue construida en estilo gótico-románico. Se conoce desde 1255, fue la catedral con la patrona Santa Cecilia (más tarde fue dedicada a Santa María). Entre los siglos XIII y XIV, los pisanos la ampliaron, pero su aspecto actual es fruto de las intervenciones catalano-aragonesas que duraron cuatro siglos.
Con un apéndice a principios de 1900: la fachada barroca de mármol que data de 1704, está inspirada en las catedrales de Lucca y Pisa, fue desmantelada con la vana esperanza de encontrar la medieval debajo. Finalmente fue sustituida en 1931 por una estructura de mármol neorrománico.
– Palacio Real: el Palazzo Vicereggio ubicado al lado de la catedral es de principios del siglo XIV y alguna vez sirvió de residencia para el representante del rey. A lo largo de los siglos ha sufrido muchos cambios y ampliaciones que le han dado su aspecto actual.
Muy significativas fueron las restauraciones del siglo XVIII, cuando también se construyó la majestuosa escalera de honor que conduce al segundo piso.
Sólo hay 9 salas para visitar. Entrada gratuita.
– Ciudadela de los Museos: una zona en la parte alta del barrio Castello que alberga cuatro museos. Es el mayor complejo de arte, historia y cultura de la isla que permite viajar entre arte oriental, hallazgos arqueológicos y obras pictóricas. La arquitectura brutalista de esta zona me encantó. sólo para amantes del cemento.
Allí se encuentran: el Museo Archeologico Nazionale di Cagliari, el Museo delle Cere Anatomiche di Clemente Susini, el Museo d’Arte Siamese «Stefano Cardu» y la Pinacoteca Nazionale di Cagliari. Podéis pasar mucho tiempo allí.
– Iglesia de Sant’Anna: su escalera, situada entre las estrechas calles del barrio de Stampace, ofrece una de las vistas más pintorescas del centro de la ciudad. La iglesia de Sant’Anna es ahora de estilo barroco reciente, pero su origen probablemente se remonta al siglo XIII, y está estrechamente ligado a la historia de Cagliari. La población se asentó a los pies de las fortificaciones, dando lugar a Stampace, y eligió a Santa Ana como su patrona, construyendo una pequeña iglesia en su honor, probablemente de estilo románico. El santuario medieval fue demolido en 1785 y se colocó la primera piedra de la nueva iglesia según un diseño atribuido al arquitecto piamontés Giuseppe Viana. La construcción avanzó muy lentamente y la inauguración tuvo lugar en 1818, cuando aún faltaban los campanarios y el altar mayor.
– Cripta de Santa Restituta: ubicada detrás de la iglesia de Sant’Anna, la cripta es uno de los símbolos del pintoresco barrio de Stampace y ha tenido una historia convulsa. El hipogeo tiene una sala central conectada con el exterior por dos escaleras excavadas en la roca. Las paredes estaban pintadas: se conserva la pintura de San Juan Bautista como signo de bendición con su mano derecha (siglo XIII). En el altar mayor se encuentra la estatua de mármol de Santa Restituta, en el más pequeño se encuentran los simulacros de las Santas Giusta, Giustina y Enedina.
Fuera del Centro:
– Anfiteatro romano: recuerda al anfiteatro romano de Tarragona y algo al Colosseo de Roma pero muchísimo más pequeño y éste está excavado en la roca. Sólo quedan los restos. Hice una visita guiada que se terminó rápido.
– Basilica de San Saturnino: es la iglesia más antigua de la capital, fue construida en estilo bizantino-proto-románico entre los siglos V y VI junto con la vasta necrópolis sobre la que se construyó. Es uno de los complejos paleocristianos más importantes del Mediterráneo.
Saturnino fue decapitado en el año 304 d.C. por no renegar de la fe cristiana. La basílica donde fue enterrado el mártir, patrón de Cagliari, conserva el aspecto original de un martyrium. Las excavaciones han exhumado enterramientos de los períodos romano y bizantino:
Del antiguo edificio de cruz griega, con cuatro brazos iguales y un cuerpo central abovedado, se ve la cúpula intacta y los restos del ábside. El interior es tranquilo y bonito, admirad la delicadeza de las decoraciones exteriores de la nave central y, el brazo oriental, de la única puerta románica que se conserva, con un arquitrabe de época tardo-romana.
– Parque de Molentargius Salinas: llegué en transporte público porque está alejado del centro, unos 20 minutos en coche pasando por la preciosa playa de Poetto. En Molentargius, durante dos siglos y medio fue la cuenca sarda más rica para la extracción de sal marina -actividad interrumpida en 1985– como demuestra su nombre, que deriva de molenti, los asnos utilizados antiguamente para transportar las valiosas cargas de sal. Mi souvenir de la ciudad fue sal gorda.
– Basílica de Nuestra Señora de Bonaria: esta enorme iglesia está situada en una colina al sureste del centro de la ciudad, a unos 10-15 minutos a pie de Via Roma. El santuario fue construido en estilo gótico en el siglo XIV en el lugar donde los catalano-aragoneses se asentaron para sitiar Cagliari. El campanario es la única torre que se conserva de las murallas de la fortaleza aragonesa. La historia nos cuenta que en 1324, durante el asedio de Castel di Castro, el infante Alfonso mandó construir una ciudadela fortificada en esta colina, llamada Bon Aire en catalán o buen aire. En 1326 Pisa abandonó Cerdeña para siempre y, en 1335, el rey donó la zona de Bonaria a los frailes de la Orden de Santa Maria della Mercede, en ese momento en su máximo esplendor, que hicieron construir allí un convento con una iglesia contigua, de estilo catalano-aragonés.
La basílica sufrió importantes daños en 1943 debido a los bombardeos angloamericanos sobre Cagliari: los frescos fueron completamente destruidos, al igual que un gran número de otros tesoros. Después de la Segunda Guerra Mundial, la basílica fue renovada y la obra se completó en 1998.
– Mercado de San Benedetto: es el mercado más tradicional de la ciudad y con cero turistas. Además podéis comer y picar algo. Recomiendo ir para ver sus propuestas culinarias y sus productos locales.
No está en el centro y caminé como unos 30 minutos hasta llegar.
Aquí encontráis mis sugerencias de dónde comer en Cagliari
En este link veréis todas mis fotos de Cagliari
Yo dormí en el Hotel Carlo Felice, también recomiendo Palazzo Tirso y Palazzo Doglio.
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