Escribir sobre un destino es también escribir sobre la experiencia gastronómica del lugar, y como no, una cafetería es parte importante de la memoria gustativa que recopilamos en cada sitio. No sólo por sus cafés, sino también por sus pasteles o propuestas para comer más consistentes. Y porque todos hacemos siempre un alto en el camino, sea para descansar, sea para ver a la gente pasar o porque sencillamente queremos hacer una pausa y tomar algo. En este artículo os hablo de Múnich, una de mis ciudades favoritas en Alemania y que he visitado en múltiples ocasiones, es elegante y chic. A continuación os recomiendo mis lugares favoritos para hacer una parada y disfrutar de un buen café y comer algo.
Como digo siempre, esta es mi selección y no es un ranking.
En el centro histórico:
– Dallmayr: operando desde 1700 como empresa vendedora de cafés, fue evolucionando y es mi lugar para tomar algo y disfrutar de sus pasteles. Es cafetería, bistró y tienda, todo en uno.
Es muy turístico y su característico olor a café sólo al entrar, os embriagará. La decoración es totalmente tradicional. Os alucinará también su sección de delicatessen.
– Manufactum Brot & butter: no es oficialmente sólo una cafetería o pastelería, es un concept store-tienda de diseño con cafetería donde todo es biológico y delicioso.
Entrad ni que sea para visitar la tienda, os encantará:
Hay buen rollo, buen ambiente, los empleados sonríen, la decoración es agradable y la carta apetecible. Además está al lado de Dallmayr.
– Rischart: otra de las cafeterías típicas en Múnich y además en la plaza principal, la Marienplatz, aunque también encontraréis filiales en varios lugares de la ciudad. La sede principal abrió en 1883.
Es la típica Konditorei alemana -pastelería-panadería- con pasteles tradicionales deliciosos, cafés y algo de ensaladas y similares. A mí me encanta.
– Café Frischhut: es otro de los cafés históricos de parada obligatoria. También es conocido como Schmalznudel son unos bollos típicos que dicen que ahí tienen el sabor de antaño. Fijaos en la caligrafía en alemán antiguo del nombre en la fachada:
El lugar es acogedor, con mucha madera y muchos turistas pues aparece en todas las guías, y es parada obligatoria.
– Gartensalon: es una pequeña cafetería muy colorida y agradable, escondida en el Amalien Passage, cerca del centro, que os encantará:
– Zum Laden: otra cafetería preciosa donde encontraréis un lugar precioso para tomar algo -en verano incluso en su terraza-, poca decoración superficial, elegante y chic:
Deliciosas ensaladas, sopas y pasteles, sin complicaciones:
Alejados del centro (más de 30 minutos caminado):
– Occam Deli: es un agradable bistró donde hornean sus propios pasteles y donde también podéis desayunar. Lo encontráis en una de las pequeñas calles justo detrás de Münchner Freiheit en dirección al Jardín Inglés que merecen un paseo, porque tienen su propio encanto.
Los desayunos se sirven hasta la tarde, o sea que si sois de dormir mucho, aquí todavía podéis pedir algo de la carta de desayunos. En cualquier caso, todo es delicioso y el local es monísimo. Perfecto para quedaros un rato allí.
– Café Franca: si os gusta el rosa, las flores y las fotos perfectas para Instagram, este es vuestro lugar. Es el café más mono de la ciudad:
Además sus pasteles son de los mejores, todos siempre recién hechos, tendréis problemas para elegir cuál queréis, pues todos son apetecibles y deliciosos:
Otros: Konditorei Tanpopo, Fika Ladencafé, Café Käthe, Café Le Hygge o Café Marais