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Vaya por delante decir que con 10 me quedo corta, que en la Costa Brava el nivel culinario es altísimo, desde los que trabajan el producto básico hasta los que se recrean en una cocina creativa para deleitar nuestros paladares con sorpresas inesperadas. Ni que decir tiene que el mejor restaurante del mundo, el Celler de Can Roca está en Girona, claro.
Seguro que echáis de menos algún restaurante que no está en este artículo, pero los que están aquí tenéis que conocerlos porque están entre los mejores.
La Costa Brava es un lugar ideal para disfrutar de unas vacaciones o de una escapada idílica por su oferta de playas, cultura y la belleza de sus municipios, pero también por su exquisita gastronomía.
Esta es mi selección y no es un ranking:

En la Costa

La Taverna del Mar: en S’Agaró en un rincón emblemático y totalmente reformado en 2017. En su carta básicamente productos del mar y algo para carnívoros. Liderado magníficamente por el chef Romain Fornell.

Es elegante y sofisticado sin estridencias, a la catalana. Todo es magnífico y conviene reservar pues está siempre lleno.

Toc al Mar: en Aiguablava y abierto en 2011, justo encima del agua. Su cocina se basa en parrilla y producto fresco, tan sencillo como complejo, se conoce como brasería mediterránea.
El uso de diferentes tipos de madera para la parrilla, confiere al resultado de la cocina un gusto siempre especial. Por ejemplo, las sardinas, algo tan sencillo y que con la brasa de encina se convierte en un manjar único.
La carta del día varía según lo que han traído los pescadores.
Casamar: en Llafranc el restaurante contó con 1 estrella Michelin hasta el año 2021 y está en la parte baja del hotel con el mismo nombre. Podéis elegir interior o la terraza exterior, siempre con buenas vistas.
Es cocina de autor basada en el producto de primerísima calidad. Pedid el canelón tibio de puerro con cigalas y parmesano, y el arroz meloso de cocochas de merluza, lloraréis.
Tragamar: en Calella de Palafrugell, su terraza es pequeña por lo que conviene reservar si queréis comer allí. En su carta hay lugar para los pescados frescos, desde originales como un carpaccio de bonito al estilo sushi o unas cigalas gratinadas con pasta fresca, hasta clásicos, como las sardinas a la plancha. Y de carnes poco.

El espíritu claramente mediterráneo se traduce en una cocina marinera a base de pescados, mariscos, tapas y ensalada. Y unos arroces espectaculares.
Els Pescadors: en Llançá y abierto en 1947 donde estaba una antigua taberna de pescadores. Platos tradicionales y con una especial atención a la creación gastronómica y a la materia prima.
Dominio de las cocciones, pescados frescos del mar y viandas de la comarca, todo os gustará. Pedid el arroz seco o la langosta del Cap de Creus que sirven en suquet.
Sa Marinada: en el puerto de Sant Feliu de Guíxols, su carta se basa en los productos de temporada y de proximidad, con los arroces y el pescado fresco como insignia, aunque también ofrecen varios menús.
Van variando su carta según la temporada, pero su filosofía es siempre la misma: «Del mar a la mesa», incluso también tienen su propio vivero. Lo que no os podéis perder son los arroces y el pescado fresco, aunque también ofrecen platillos, mariscos, algunos platos de carne y postres caseros, todo delicioso.
Si está lleno, mi segunda propuesta es Bar El Corsari.

En el interior

Es Portal: ubicado en una masía del S.XVI totalmente reformada en el corazón del Empordanet cerca de Pals. Su entorno es mágico y fantástico para disfrutar de largas tardes y veladas de verano.
Os encantará.

Cocina basada en el territorio, proximidad y fantásticamente tratada. La esencia de la gastronomía ampurdanesa donde la creatividad también tiene un papel protagonista.
Soca-rel: en Llofriu y en una masía encantadora perfecta para largas noches de verano. Un lugar bucólico donde no sólo encontramos los mejores arroces, sino que toda la carta es una apuesta segura.
Sus platos no sólo son deliciosos, sino también muy bien presentados, seguramente son los líderes de cómo decorar un buen plato para que apetezca todavía más.

El Motel: sito en Hotel Empordà en Figueres es el clásico entre los restaurantes catalanes tradicionales, lleva más de 60 años funcionando. Ellos mismos definen su cocina como muy elaborada, en la que los toques de originalidad que se aportan están tan consolidados que han pasado a ser clásicos dentro del imaginario gastronómico catalán.

Su cocina tiene mucha influencia de los grandes chefs franceses, entre sus platos estrellas está la liebre a la royale y el maravilloso carrito de quesos que es la tentación.

De la misma familia recomiendo en Roses: El mirador de l’Almadrava.
Mas Sorrer: en Gualta ubicado en una masía enorme donde proponen no sólo gastronomía, sino también conciertos, cultura y copas. Todo en un entorno mágico rodeado de enormes girasoles y del propio huerto del restaurante de 8.000m2. Todo es perfecto.

Par ellos el producto es el gran protagonista, trabajan con materia de proximidad y temporada. Encontramos dos espacios diferentes: la arrocería -probad su arroz negro con calamares, piñones, calabaza y alioli de maracuyá, o el de botifarra negra y foie- y el restaurante dentro de la masía – con platos más elaborados y propuestas originales que enlazan Cataluña y Sudamérica-.

Uno muy parecido y también muy top i que también podéis anotar es el Mooma.
Otros restaurantes que sé que son top pero yo no he estado: Compartir Cadaqués, Rostisseria Can Padrès en Pals -aka Los Pollos-.

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