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Ciudad que visito, ciudad que busco sus dulces típicos, pastelerías, y productos ricos que los representen -soy una golosa indomable-.
En el caso de Sevilla, la oferta es amplia y gracias a varios amigos sevillanos, me organicé un ruta para catar y comprar en las pastelerías, confiterías y panaderías más representativas de la ciudad.
En este link de Visita Sevilla encontraréis la información sobre los dulces típicos.
Esto es mi selección y no un ranking, y sí, lo he probado todo.
Confitería Los Ángeles: abierta en 1932, cuenta con tres tiendas. Yo estuve en la principal en la calle Adriano 2, donde hay una parte de cafetería con terraza y la tienda de productos artesanos.
Llamó mi atención en el escaparate las sfogliatelle, uno de mis dulces italianos preferidos. No pude resistirme a probarlos y de paso, como no, el famoso pionono sevillano. Todo delicioso.
Confitería La Campana: evidentemente en esta selección no podía faltar La Campana, la clásica confitería con obrador propio, donde encontráis especialidades típicas sevillanas como el pionono o los cortadillos de cidra y muchísimas otras propuestas deliciosas.
Cuentan con un espacio para sentarse y tomar algo. Todo pinta delicioso:
La Despensa de Palacio: está situada en un edificio histórico del centro de la ciudad y es obra del arquitecto Manuel Talavera precursor del llamado estilo regionalista. En 1743 empezaron como panaderos del Marqués de Estepa y hoy en día siguen siendo proveedores de la Casa Real. La actual generación Asun, Antonio y Cristina se formaron con los mejores maestros chocolateros de Suiza y Francia, como Jean Jacques Bernachon Paul Bocuse.

La tienda no dispone de espacio para tomar algo. Entre sus productos más famosos están los hojaldres de naranja, sus mantecados y sus turrones. La mayoría de sus productos se venden también en formato estuche de regalo lo que los convierte en el souvenir perfecto..
Confitería Ochoa:  empezaron a finales del s. XIX, cuando abrió las puertas en la calle Sierpes bajo el nombre de Granja Victoria. Tuvieron que pasar unas décadas para que adquiriera de nombre el apellido de su fundador, Rafael Ochoa Vila, corría el año 1910.
A parte de productos dulces también tienen propuestas saladas y comida para llevar.
Dispone de un espacio para degustación. Absolutamente todo me pareció de locura.
Entre sus productos más populares están los milhojas rosa o los lazos madrileños. A mí me entusiasmaron las palmeras de crema.

Manujara: encontramos dos tiendas en Sevilla. Os alucinará todo, a parte de sus propuestas clásicas, sabe deleitarnos con una revisión moderna y una mirada diferente de los dulces. No en vano Manu Jara ha pasado por restaurantes con estrellas Michelin.

Docente por vocación, es el creador del concepto pionero del tapeo dulce. La locura.
La Colchona: es la tienda de mantecados más antigua de Estepa y tiene una tienda en la calle Cuna, en pleno corazón de Sevilla. Me la habían recomendado un par de sevillanos y no quise irme de la ciudad sin probar sus especialidades. ¡No puedo resistirme!
La tienda es pequeña y de hecho no está todo el año abierta. Va por temporada: abren en abril para las especialidades de cuaresma, y para los productos navideños, de septiembre a Reyes.
Crustum: lo encontráis en varias ubicaciones por toda la ciudad. En la que yo estuve, no hay degustación.
Venden pan y bollería deliciosos, todo elaborado íntegramente en su obrador sin ningún tipo de aditivo.
Otras que me recomiendan: Tragus, Mi Yaya en Olivares y el Horno de Vélez en Lebrija, con el galardonado como mejor panadero del mundo en 2021 al frente.
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