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Innsbruck, la capital del Tirol austríaco, tiene las medidas perfectas para ser la postal de una escapada de enamorados, o de amigos o en familia. Es caminable, pequeña que en teoría podríamos visitar en una mañana, y es que el casco viejo son «cuatro calles», pero Innsbruck ofrece mucho más. Podemos hacerla a pie o en transporte público, de hecho, en este artículo os propongo un par de visitas fuera de la ciudad a dónde podemos llegar en autobús.
Yo he pasado dos días y medio y todavía me ha faltado tiempo para visitar más atracciones y ver con tranquilidad un par de museos.
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Para visitar todo lo posible y movernos en transporte público, os recomiendo comprar la Innsbruck Card, con ella tenemos acceso a todas atracciones. Tenéis que pensar que si subís a lo alto de la cordillera Nordkette y si visitáis Kristallwelten de Swarovski ya la tenéis amortizada. 24 horas son 49€
Todas las visitas que os voy a proponer son posibles en transporte público. Y no están por orden de preferencia concreto, porque me gustó todo, absolutamente todo.
Pasear por el casco viejo de Innsbruck: sus callejuelas de colores, de edificios de piedras gruesísima (como refuerzo para los terremotos),  encantadores cafés donde sentarse y ver pasar el tiempo.
Allí encontraréis a todos los turistas y a las tiendas pensadas para los visitantes.
También desde cualquier punto podréis ver la cordillera Nordkette (siempre nevada en invierno) y es una postal perfecta.Las calles se vertebran alrededor la Marie-Théresien Strasse y Marktgraben.
Es un laberinto encantador. Admirar el tejadillo de oro a diferentes horas: debe su nombre a las 2.657 tejas de cobre doradas al fuego que recubren el tejado del espléndido balcón que domina desde hace más de 500 años los edificios medievales y las arcadas del centro histórico. Fue el emperador Maximiliano quien ideó el diseño del mirador y se cuenta que disfrutaba mucho de las vistas: observar el tumulto en las calles de su ciudad, presidir torneos de caballeros y dejarse venerar por el pueblo.Allí encontramos un pequeño museo para descubrir la historia de este edificio y de su promotor, el emperador Maximiliano I, y un poco sobre la vida de la ciudad en su época, situada en el corazón del Sacro Imperio Romano Germánico.Subir a la torre de la ciudad: como siempre es una de mis atracciones favoritas, subir al punto más alto y poder observar la ciudad desde arriba. Son 133 escalones (una cuarta planta) y 51 metros de altitud.
Durante casi 450 años, los vigías de la Torre de la Ciudad fueron los encargados de avisar a los habitantes de la ciudad de incendios y otros peligros, mientras que las plantas inferiores de la torre servían de prisión.Las vistas desde lo alto son de infarto -especialmente en días soleados como el que tuve la suerte de disfrutar yo-.
Lo que me gusta especialmente es que quien sube, no se cruza con quien baja, son dos escaleras paralelas.
Precio 3.50€ -no entra con la tarjeta Innsbruck-.Arco del Triunfo: se trata de una construcción relativamente reciente de estilo barroco ordenada por la emperatriz Maria Teresa en el siglo XVIII y de inspiración románica.
El arco conmemora un evento feliz y otro trágico. La cara sur del monumento conserva los motivos dedicados al enlace real. Pero durante los largos festejos de la boda, Maria Teresa sufrió una importantísima pérdida: su marido, y padre del novio, falleció, y la emperatriz cayó en una profunda tristeza. La cara norte del Arco de Triunfo está cubierta de motivos de duelo en memoria a la repentina muerte del emperador.Catedral de Santiago: o Catedral de Innsbruck, ya existía en 1180 y formaba parte de la ruta de peregrinaciones medievales. En el siglo XVI y XVII sufrió graves daños a causa de un terremoto, lo que motivó su reconstrucción entre los años 1717 y 1724. Los frescos barrocos del techo son obra de Cosmas Damian Asam e ilustran la vida de Santiago, y son un trampantojo: si camináis, veréis que se van moviendo, pero no, sólo lo parece.
Los estucos del artista alemán Ägid Quirin Asam, realmente únicos en cuanto a la escena que representan. También encontramos una obra de Lucas Cranach, una pintura de la vírgen «Maria Hilf», sencillamente espectacular.Basílica Wilten: o también llamada Nuestra Querida Señora debajo las cuatro Columnas, es considerada la iglesia rococó más bella de Austria. Según cuenta la historia, hace siglos, legionarios romanos adoraron aquí, una imagen única de la Virgen María. Se encontraron restos de una antigua iglesia del siglo V que parecen confirmar ésto.La representación principal es una escultura del gótico-tardío, venerada por innumerables fieles de todo el mundo. La estatua es de 1320, pero la iglesia se construyó entre 1751 y 1756 por el arquitecto Paul Penz -apellido muy común en Innsbruck-.
En ella encontramos también la única representación pictórica de San José, patrón del Tirol y patrón de la buena muerte.Iglesia de la Corte: la Hofkirche es otra iglesia impresionante de Innsbruck. La iglesia fue construida en 1553 por el emperador Fernando I (1503-1564) en honor a su abuelo Maximiliano I (1459-1519). El complejo incluye su cenotafio, y una notable colección de esculturas del Renacimiento alemán.
En una visita a la Iglesia de la Corte no puede faltar ver la Capilla de Plata, donde descansan otros dos personajes importantes de la historia de Innsbruck: el archiduque Fernando II y su esposa, Philippine Welser. El monumento fúnebre imperial ocupa un lugar central en la iglesia, y curiosamente está vacío.
En la iglesia encontramos otras tumbas, como la del héroe austríaco Andreas Hofer que lideró en el año 1809 a miles de valientes tiroleses en la lucha de la montaña Bergisel contra las tropas napoleónicas, muy superiores en número. Ganó dos batallas pero la tercera perdió.De hecho la iglesia se la conoce también como la de los hombres negros –Schwarzmanderkirche-. Las figuras de bronce de tamaño gigante -2 metros- no están guardando la iglesia, sino el monumento fúnebre del emperador Maximiliano I que se halla en su interior. Son de varios autores. Encontramos 28 estatuas a tamaño real, representando a reyes, reinas y emperadores, y 23 bustos pequeños. Tres de las estatuas son de Albrecht Dürer, y ocho de las estatuas son mujeres.
La entrada son 8€ -no entra con la tarjeta Innsbruck-.Subir al Top of Innsbruck: el viaje hasta la cima de Innsbruck comienza directamente en el casco antiguo histórico en la estación del Congreso. Las góndolas salen cada 15 minutos.
Destacar el diseño de las estaciones son diseño de la galardonada arquitecta Zaha Hadid, muy futurista en su estilo.Desde allí, el moderno Hungerburgbahn me llevó a la estación de Hungerburg en sólo ocho minutos.
Allí tomé el siguiente teleférico (a unos pasos de la llegada), hasta el Seegrube a 1,905 metros, ya encima de las nubes.Hafelekarbahn es literalmente la cima de Innsbruck, y de allí salen caminos para hacer trekkings.
Sencillamente espectacular.
Subir cuesta 40€ y como siempre, todo incluido en la Innsbruck Card.
En este link podéis ver el vídeo de mi experiencia en Top of InnsbruckBergisel: el salto de trampolín Bergisel fue diseñado por Zaha Hadid, la estética minimalista crean una sensación de movimiento elegante y de alta velocidad, que refleja la sensación dinámica de un salto de esquí en una estructura monumental con vistas a Innsbruck.
En la parte superior encontramos un restaurante con vistas de infarto, el Bergisel Sky.Tirol Panorama: es uno de los cinco museos Tiroler Landesmuseen. Tirol Panorama se encuentra en la montaña del salto de trampolín Bergisel.
Allí aprendí quién es Andreas Hofer y su importancia para el Tirol.
Allí dentro como obra principal encontramos la mayor pintura del Tirol: la pintura panorámica gigante de 1000 m² ofrece una visión de 360° de las encarnizadas batallas de los luchadores por la libertad tiroleses contra los ejércitos bávaros y franceses.La pintura data del año 1896 y documenta con gran detalle todas las facetas que abarcan el “Mito Tirol”. Muestra paisajes y personas, el indomable deseo de libertad y las luchas por conseguirla, así como el estrecho vínculo con la religión y con Dios. Una amplia documentación de la historia militar del Tirol del siglo XVIII al siglo XX complementa los dramáticos eventos que tuvieron lugar en la montaña de Bergisel.Castillo de Ambras: su importancia histórica y cultural está estrechamente ligada a la figura del archiduque Fernando II (1529-1595), un auténtico mecenas renacentista fascinado por el arte y la ciencia. Fundó las espléndidas colecciones de Ambras y para poder exponerlas, mandó construir un espacio museístico especial en la planta baja del castillo, por lo que se dice que es el primer museo del mundo.
La importancia cultural e histórica del castillo está estrechamente relacionada con el archiduque Fernando II (1529-1595), ya que fue su residencia de 1563 a 1595.​ Fernando ordenó que la fortaleza medieval de Ambras se convirtiera en un castillo renacentista como regalo para su esposa, Filipina Welser. Al entrar veremos la colección de armaduras, después la cámara de las maravillas (todo de utensilios o animales disecados que en esos momentos eran extraños), y el anticuario. En las parte superior del castillo, en tiempos de Fernando la parte habitada por él y su familia, se encuentra actualmente una importante galería de retratos de la familia Habsburgo. Se exponen más de 200 obras pintadas por artistas de renombre como Lucas Cranach, Anton Mor, Tiziano, van Dyck y Diego Velázquez.
Realmente impresionante, tenéis que incluir el Castillo de Ambras en vuestra visita a Innsbruck.
La entrada cuesta 16€ -y sí entra con la tarjeta Innsbruck-.Kristallwelten Swarovski: abierta en 1995 representa los mundos imaginarios y artísticos de Swarovski, y al mismo tiempo una demostración de lo que hacen. Este mundo cristalino se creó para conmemorar el 100 aniversario de Swarovski, y fue el artista austríaco André Heller el culpable de deslumbrarnos de esta manera. La cabeza de un gigante, arrojando agua en un estanque da la bienvenida en este fantástico parque infantil, que se encuentra en sus propios terrenos espaciosos, un increíble país de las maravillas.La curiosa coronación de los jardines es la Nube de Cristal que flota sobre una piscina de espejo negra, esta obra maestra mística está adornada con 800.000 cristales de Swarovski montados a mano y es una vista maravillosa para la vista.
Dentro de la icónica cabeza del gigante, se encuentra un laberinto subterráneo de 17 cámaras cristalinas que asombran y divierten con instalaciones emocionantes, coloridas y sorprendentes, todas ideadas por diferentes artistas de todo el mundo. Y no son estáticas, algunas exposiciones van cambiando.
Aprovechar para comer en el recinto pues la comida es internacional y muy rica, y elaboran su propia pastelería. Si váis en familia es el lugar perfecto.
En este vídeo podéis haceros una idea de lo que os espera en Kristallwelten de Swarovski
Calculad para visitar Kristallwelten de Swarovski mínimo una hora y media o dos. La entrada cuesta 19€.
Yo fui en autobús desde el centro de Innsbruck, mirad los horarios del shuttle en su web, está sólo a 11 kilómetros del centro.Mutters: es la postal perfecto de pueblo tirolés, un pueblo de 2100 habitantes y con las casas perfectas tirolesas con los balcones perfectos y las flores perfectas. Parece que los vecinos compitan entre ellos para ver quién tiene la fachada más bonita.Desde el centro salen numerosos caminos para hacer trekkings por sus verdes montañas.
Sin duda, es un lugar al que quiero regresar y disfrutar de los paisajes tiroleses.Mi propuesta es que paséis mínimo tres noches en la ciudad, yo pasé dos y fue muy justo. Y aprovechad alguna escapada en los alrededores para disfrutar de los paisajes y la gastronomía con tranquilidad.