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He estado muchísimas veces en Viena, y amo pasear por sus calles, descubrir nuevos restaurantes, visitar museos y especialmente disfrutar de sus cafeterías. Sólo Viena, merece mínimo cinco noches. Mínimo. Si podéis alargar o regresáis a la capital austríaca en otra época del año (una gran idea es visitar Viena en verano y disfrutar de sus parques, de sus propuestas musicales o de sus Heurige; y regresar en invierno para pasear por los mercadillos navideños, espectaculares), os propongo hacer una excursión de un día por el Danubio por la Baja Austria, hasta la bonita región de Wachau.
Se trata de una excursión de un día. Os cuento mi experiencia y espero ayudaros a organizar la vuestra o inspiraros.
Intenté comprar mi billete por la web de DDSG Blue Danube, pero las propuestas eran muchísimas y preferí acercarme hasta su tienda física en el centro de Viena.
Como ahora, en tiempos de pandemia, hay menos salidas de cruceros, opté por coger un tren Viena a Krems an der Donau, (19.30€) y de allí el crucero de DDSG (29€).
El tren es regional y para en estaciones pequeñas, tardo algo más de una hora en llegar a Krems y acercándonos a la estación final, ya se ven los bucólicos paisajes con viñedos.Krems an der Donau resultó ser una sorpresa super agradable, ofrecía mucho más de lo esperado, y más teniendo en cuenta que sólo tenía una hora para dar la vuelta por el centro y caminar hasta el puerto fluvial.
Es la quinta ciudad más grande de Baja Austria (a mi no me pareció para nada una gran urbe, sino más bien una pequeña ciudad) y está a 70kms de Viena.Pasear por las callejuelas del centro, sentarse a tomar algo con tranquilidad, disfrutar del mercado al aire libre (en verano al menos). Yo visité la Iglesia Piarista cuya torre data del 1616 y me recorrí el centro. Más tiempo no tuve, queda pendiente regresar con tranquilidad.Si tenéis más tiempo recomiendo también visitar la Kunsthalle, el centro de artes, el Karikaturmuseum -museo de las caricaturas-, el Weingut der Stadt Krems -la bodega pública de la ciudad-, el Motorrad Museum -museo de la motocicleta-.
Caminé un buen rato hasta el puerto fluvial, y a las 10,15 zarpó mi crucero DDSG. El recorrido son 3 horas y cuarto, y opté por hacer sólo la ida (precio 29€). Regresé en tren para ir más rápido.El barco era muy grande, y hay propuesta gastronómica a la carta.
Cuenta con parte exterior e interior:Grandes ventanales para ir disfrutando del paisaje que pasa como una película lentamente, una película relajanteRealizar un crucero fluvial por el Danubio ha sido una de las opciones preferidas por los viajeros desde siempre: la comodidad de desplazarse sin apenas notar los movimientos es realmente relajante, y si además podemos visitar ciudades patrimonio artístico e histórico, es definitivamente una experiencia inolvidable.
El resumen del crucero, lo podéis ver en este link.
Llegué a Melk, mi destino final y caminé hasta el centro, es prácticamente un pueblo. Todas sus calles del casco histórico, son restaurantes o tiendas de souvenirs, todo muy coqueto y de postal perfecta, especialmente porque su abadía, que es lo que me llevó a Melk, se ve desde cualquier punto:
Llegar a la Abadía de Melk desde el centro son apenas diez minutos caminando. Una cuesta, eso sí, pero facilita.
La famosa abadía con su monumentalidad palaciega es considerada un icono de la arquitectura barroca en toda Europa. Ha estado inseparablemente vinculada a la historia en desarrollo de Austria y habitada por monjes benedictinos desde su fundación en 1089.
La entrada cuesta 13€ y calculad super mínimo dos horas para visitarla y contad con los jardines también. No dejéis de subir al bastión norte donde hay exposiciones temporales, la tienda con propuestas atractivas y la terraza superior exterior con vistas 360 grados.La abadía en su forma actual fue construida de 1702 a 1736 según los planes de J. Prandtauer y J. Munggenast y representa el barroco austríaco en su forma más magnífica.
Un poco de historia y contexto: Aunque hasta el s. XVIII, Melk era una fortaleza sin pretensiones. Entre 1702 y 1746 el abad Berthold Dietmayer gestionó la renovación barroca completa de la abadía basada en diseños del arquitecto barroco austriaco Jakob Prandtauer. Hoy en día, alrededor de 40 monjes todavía viven y trabajan en la Abadía de Melk.
Aparte del cuidado pastoral, muchos de ellos enseñan en la escuela de la abadía en el lugar, que existe desde 1160. Con 900 alumnos de secundaria, Melk dirige la escuela católica privada más grande de Austria.
Vistas espectaculares desde la abadía:
La mayoría de los visitantes acuden a la biblioteca principal, mundialmente famosa por sus 16.000 libros antiguos (muchos de ellos con 500 años de antigüedad), impresionantes frescos en el techo en colores vibrantes con estuco blanco y galerías y estanterías ricamente decoradas:Los cinco principales arquitectos del barroco europeo – Beduzzi, Mattielli, Prandtauer, Rottmayr, Troger – transformaron la entonces iglesia medieval en barroca. El lugar culminó el arte de glorificar a Dios con la orden de San Benito.Os recomiendo no perderos el salón de mármol, espectacular. De hecho, fijad los ojos en las columnas blancas y caminad, os parecerá que cambian de tamaño a medida que os vais moviendo.En definitiva, pocas joyas como la Abadía de Melk encontraréis en una excursión tan fácil y maravillosa desde Viena.
En este link podéis ver el resumen de mi crucero de Krems a Melk
Y si queréis ver la Abadía de Melk en un minuto, podéis linkar aquí