En este artículo os propongo coger un coche y recorrer auténticos pequeños pueblos, y tomar todas las carreteras empinadas de la región de Langhe-Roero y Monferrato en el Piamonte italiano, que os llevarán a conocer productores de quesos locales, castillos, osterías, bodegas y mucho más. Es un viaje para disfrutar del paisaje y profundizar vuestra parte más foodie. Un auténtico placer para los sentidos:
Referencia mundial por su enogastronomía y por sus paisajes infinitos de colinas de viñedos, y declarado por la UNESCO en 2014 Patrimonio de la Humanidad.
Los visitantes de Las Langas, Monferrato y Roero saben lo que les espera: preciosos paisajes, excelente enogastronomía y un muy buen nivel de servicios. El vino y la comida son las principales atracciones, vinos importantes como el Barolo, Barbaresco, Barbera d’Asti o el Moscato d’Asti son combinados con platos típicos como la pasta casera tajarin, ravioli al “plin” y los agnolotti, los quesos con denominación de orígen y a todo se le puede añadir una ralladura de trufa blanca. De hecho, esa fue mi excusa perfecta para regresar al Piamonte: visitar la Fiera Internazionale del Tartufo.
Podéis seguir #GraupixLangheMonferratoRoero en mis redes sociales para ver todas mis fotos y comentarios sobre Langhe, Monferrato y Roero
En este link podéis leer mis sugerencias de hoteles chic para todos los bolsillos
En este link podéis leer mis sugerencias para foodies en Asti
Mi viaje empezó con un #pickupinstyle por la empresa Adore, que lleva más de 40 años de buen servicio en toda la zona. Mis maletas Delsey perfectas con el cochazo que me acompañó todo el viaje.
La feria tiene lugar del 5 de octubre al 24 noviembre, que es la temporada más alta, cuando hay más turistas que llegan de todos los rincones del mundo para disfrutar de tan preciado tubérculo.
El hotel que elegí esta vez es el encantador Villa Beccaris, con vistas fabulosas de las colinas llenas de viñedos: es sencillamente maravilloso, está en lo alto de la colina del pueblo de Monforte d’Alba. La villa es del siglo XVIII, dispone de 23 habitaciones, un gran jardín y piscina. Ultra chic, sus paredes rezuman historia y os encantará.
Dormí en la suite La Romantica, la 101, tiene acceso desde el bonito patio interior de la villa, los techos son altísimos y con frescos, muebles antiguos y los baños de mármol -la ducha es en todas las habitaciones muy pequeña-.
El desayuno tiene lugar en la Limonaia, una estructura metálica colgada literalmente sobre la colina. Su propuesta de desayuno es magnífica, con un gran buffet donde quiero destacar el dispensador de Nutella, un sueño para los nutellaadictos como yo.
Dispone de un patio interior es ideal para relajarse y tomar un copa, y la parte de la bodega, en el sótano de la villa, es perfecta para reuniones de empresa, presentaciones o cenas privadas.
Con o sin niebla, es un hotel exclusivo y precioso,
Para ver mis fotos de Villa Beccaris linkad aquí
Para ver mi vídeo de Villa Beccaris linkad aquí
En este link podéis leer mi selección de hoteles para todos los bolsillos en Langhe, Monferrato y Roero
En este link podés leer mis sugerencias enogastronómicas en Asti
Podéis seguir #GraupixLangheMonferratoRoero en mis redes sociales para ver todas mis fotos y comentarios sobre Langhe, Monferrato y Roero
En este artículo os hago una serie de propuestas enogastronómicas, dulces y saladas, por toda la zona:
Bodegas:
– Cordero di Montezemolo: 19 generaciones desde que en el año 1340 se empezó con la producción de vinos. Disponen de 28 hectáreas, en una sola zona, cosa muy poco norma para las Langas. Producen 3 tipos de Barolo, 1 Nebbiolo, 2 Barbera y 1 Dolcetto, así como 2 blancos.
La bodega es preciosa, se puede visitar con reserva previa y el precio son 18€.
En este link podéis ver todas mis fotos en la bodega Cordero di Montezemolo
Por cierto, si queréis dormir allí para tener una experiencia total, también disponen de las agrisuites, más información en este link
– Contratto Vini: esta bodega en el centro de la ciudad de Canelli, es conocida mundialmente por ser la catedral subterránea desde el 1867. Esta histórica bodega es una de las cuatro bodegas de Canelli que son mundialmente conocidas como las Catedrales del vino por producir todo bajo la ciudad.
Disponen de 5 mil m2 de bodega, todo bajo la colina de la ciudad, es terreno arcilloso.
Producen 220.000 botellas anuales, y algunas botellas se quedan envejeciendo durante años en la bodega, por lo que acumulan hasta un millón de botellas.
Conocidos especialmente por sus vermús y espumosos
Me encantaron los diseños de sus etiquetas, podéis verlas en este link.
La visita cuesta 25€ e incluye una degustación
En este link podéis ver todas mis fotos en la bodega Contratto
Pastelerías
En Cherasco:
– Pasticceria Barbero desde el año 1881 produciendo especialmente chocolate y otros dulces típicos de la zona.
En el año 1997 cambiaron de propiedad, y la condición fue que no se cambiase al pastelero, para que las recetas quedaran siempre iguales. Sus especialidades son los Baci de Cherasco (chocolate negro mezclado con miel, almendras y avellanas), y los Baci di Dama (la avellana entera tostada con merengue):
– Cioccolato Ravera desde el 1994 produciendo chocolates como los populares Baci di Ravera (vuestro souvenir si visitáis esta población) y la tortina de Cherasco.
En Ravera podéis ver cómo hacen los Baci -deliciosos- y participar por 3€ con reserva previa.
Ellos, además, al lado de la pastelería abrieron en octubre de 2019 un bar bistrot: Ravera Specialty Coffee. En sus vacaciones, este matrimonio recorre Sudamérica para encontrar los mejores granos de café y las mejores mazorcas de cacao para llevárselos hasta Cherasco y producir sus delicias.
En Alba:
– Pasticceria Pettiti: bar histórico en la calle principal de Alba, donde se pueden degustar delicias como el turrón, el baci di dama y las tartas de avellanas. Yo sólo me paré para un café rápido, y me pareció agradable.
– Pasticceria Bar Cignetti: el lugar perfecto para un desayuno o merienda deliciosos.
Restaurantes:
– Osteria dei Catari: situada en Monforte d’Alba, es un restaurante muy mono de dos plantas, con las paredes pintadas con motivos locales (viñedos, paisajes, vino, etc). Fui a cenar y mi experiencia fue top: pan casero, de varios tipos, delicioso. Cené flan de verduras con queso de parmesano y remolacha, y de segundo tajarín al burro (mantequilla) y tartufo nero, hecho en casa, mamma mía que ricos!!!
No quería nada de postres, pero insistieron mucho y al final elegí un trocito de pastel de chocolate (¡cómo no!) y sorbete de limón.
Muy recomendable, precios contenidos.
– Osteria la Salita: en Monforte d’Alba, es un restaurante lugar coqueto, y muy discreto, en un mini callejón sin salida. Familiar y con un amor al producto local y a las recetas tradicionales que se entreve al leer la carta
Se le da un toque moderno que le de el chef Marco, quien también trabajó en el Celler de Can Roca de Girona.
Dispone de una gran bodega de vinos locales, difícil escoger!
Cené una cebolla muy curiosa: vaciada al horno, y rellena de queso fonduta de Aosta con crumble de avellanas.
De segundo escogí unos gnocchi caseros de patatas y castañas con queso castelmagno y miel, y atención, con una «arena de cacao», espectacular
De postre, estaba a reventar, pero me pudo la tentación y escogí el flan de chocolate.
El pan lo hacen ellos, qué tentación! Super servicio y todo super bien.
– Osteria dei Meravigliati: situado en Canelli, justo enfrente la bodega Contratto, es un restaurante precioso al que se llega atravesando un bonito patio (que según me dijeron está en verano se utiliza para poner las mesas). Me encantó su decoración y su toque de modernidad con la combinación de lugar histórico.
Comí deliciosamente: una ensaladilla rusa entre dos (la porción era inmensa), y tajarin hechos en casa con burro e salvia (mantequilla y salvia)
Todo muy correcto y precios contenidos.
– Gastronomia Urbana: abierto en octubre de 2019 y situado en el centro de Alba, este concept store gastronómico creado por el chef Alessandro Boglione que ha dejado el restaurante donde tenía una estrella Michelin para dedicarse a pleno a este proyecto. Combina platos típicos y tradicionales para llevar o degustar en el mismo local, así como platos de alta gastronomía y un catering. Seguro que es un éxito.
– Gelato Cafè Concept Bar: si buscáis una heladería y estáis cerca de Canelli, no os perdáis Gelato Cafè, una cafetería donde producen helado artesanal y que me recomendaron. Degusté un helado de chocolate negro delicioso!
– Gelateria Alberto Marchetti: en el centro de Alba, y como no podía ser de otra manera, me apeteció un helado y elegí el de avellanas. ¡Mamma mia! delicioso y muy auténtico.
No hay espacio para sentarse, sólo para comprar y llevártelo.
Tiendas de delicatessen:
– Alta Langa: encontramos la tienda y producción en el centro de Alba. Es la única productora de avellanas 100% biológicas, y todas producidas en 55 hectáreas de propiedad de la família. Todo empezó en enero de 2013 cuando se jubiló su propietario, Don Gianfranco, se lanzó a su gran pasión: las avellanas y una producción totalmente biológica.
Ha creado unos quince productos diferentes, probé varios. Otra propuesta de souvenir para comprar!
Por cierto, disponen de una casa encantadora (para máximo siete personas) que se alquila entera. Más información en este link
Pude visitar el taller (convenientemente protegida de arriba a abajo para no contaminar los procesos):
– Tartufi Morra: en el corazón de Alba, es el lugar perfecto para comprar trufas y sus productos derivados. Incluso los podéis encargar sin viajar hasta Alba.
Fue fundada por Giacomo Morra en el año 1930, y fue la primera tienda que comercializó y tuvo la idea de transformar la trufa blanca “Tuber Magnatum Pico” en diferentes productos y así hacerla más asequible. El propio Signor Morra tuvo la gran idea de enviar este producto a las estrellas de Hollywood de la época, convirtiendo la trufa en un «objeto de deseo» más popular.
Tuve la suerte de acceder a la zona de oficinas, donde disponen de un pequeño museo (no visitable)
– Caseificio Foppa: el paraíso de los quesos, una pequeña tienda repleta de propuestas de quesos riquísimos, incluso con productos típicos como queso al Barolo o queso a la trufa.
Lo dicho, las Langas, Monferrato y Roero son el paraíso para los foodies más exigentes. Disfrutaréis como nunca!