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Creo que es oficial que no soy nada marinera, para nada me inspira pasar un día en el mar navegando con amigos. Raramente me podréis ver rollo marinero. Pero sí que es conocido que me pirran los hoteles de lujo, que me gusta probarlos, escribir sobre ello, compararlos y poder organizar viajes de lujo totalmente customizados para el cliente. Es por ello que me he tenido que «sacrificar» y probar algunos cruceros de lujo, porque de hecho, los cruceros son hoteles que se mueven de ubicación mientras los relajados clientes duermen o se relajan. Por eso he querido probarlos.
Es por eso que he tenido la suerte de navegar con Road to Mandalay de Belmond por el río Ayeyarwady en Birmania. Podéis leer mi artículo en este link.
También por las aguas míticas del río Nilo en Egipto con Mövenpick. Otro viaje espectacular que podéis leer en este link.
Ambos cruceros fueron por ríos, es decir, por aguas tranquilas, y mi temor eran las aguas abiertas del océano. 
Y os voy a describir mi super experiencia de navegar 6 días y 4 noches a bordo del magnífico Sea Star de Latin Trails, una embarcación de 42 metros y 8 cabinas dobles, con capacidad para 16 pasajeros.
En este link podéis ver todas mis fotos del yate y todo lo que supone un viaje en un yate de lujo como Sea Star de Latin Trails
En este link podéis ver todas mis fotos de las excursiones y las visitas por las Islas Galápagos

Yo llegué al aeropuerto de Baltra, aka Aeropuerto Ecológico de las Galápagos con Tame (os la desaconsejo), también podéis volar con Avianca.
Me dirigí a la terminal a pie:

En primer lugar para volar a las Islas Galápagos, hay que ser muy consciente a qué destino nos dirigimos: la naturaleza única de Galápagos implica que su medio ambiente sea tremendamente vulnerable a las acciones no sostenibles de los seres humanos. Es por eso que el gobierno ecuatoriano tiene unas medidas especiales a la llegada, en el mismo aeropuerto:
1- Avisos por todas partes de las consecuencias de no cuidar el medio ambiente

2- Pagar, sí, en Galápagos se tiene que pagar 100 dólares para tener el documento de control de tránsito y que acredita que no pasará en las islas más de 90 días. El documento pone $20, pero son 100.

3- Revisión de nuestro equipaje de mano para no introducir ningún elemento prohibido:

4- Antes de recoger las maletas, un perro especializado en detectar olores de elementos prohibidos, revisa nuestros equipajes:

5- Desde la terminal todos los turistas tienen que tomar un autobús -5 minutos- hasta el muelle y allá un ferry/gabarra para cruzar el canal de Itabaca, también pocos minutos hasta el muelle de la Isla de Santa Cruz, y finalmente, allí un autobús 40 minutos hasta la capital de la isla, Puerto Ayora.

Después de visitar Puerto Ayora, por fin, me embarqué en el magnífico Sea Star, el apoyo siempre para subir y bajar del yate son unas magníficas zodiac

Mi cabina, la 2, era amplia, práctica, con fantásticas vistas al océano.

Y un baño con una gran ducha y de amenidades un champú, acondicionador y gel locales, ecológicos y sin fosfatos:

En este link podéis ver mi vídeo de mi cabina en el crucero Sea Star de Latin Trails
En este link podéis ver toda mi experiencia a bordo del crucero Sea Star de Latin Trails
Tened en cuenta que en el yate no hay wifi, es decir, durante todo el crucero, rara vez hay wifi ni cobertura, por lo que se consigue desconectar 100%.

Lo primero que hicimos fue escuchar atentamente las explicaciones de seguridad a bordo:

Y conocer a toda la plantilla a bordo, la magnífica y simpatiquísima tripulación de Sea Star de Latin Trails y brindar por una magnífica experiencia:

Las jornadas estaban del todo organizadas: antes de cenar, se nos anunciaba el programa de excursiones y actividades del día siguiente, se comentaba y se respondían las dudas. 
El horario era estricto, todo estaba calculado para sacar el máximo provecho del tiempo con el que contábamos para el crucero:

Las zodiacs eran nuestro modo de transporte imprescindible, sea para llegar a tierra firme o para realizar nuestras actividades acuáticas:

Excursiones, trekkings, explicaciones, kayaking, snorkelling, diversión sin parar, así transcurrían los días. La recompensa venía al regresar de cada excursión, que nos recibían con jugos, y algún snack típico y frutas, todo siempre muy apeticible:

La gastronomía merece comentarios especiales: tanto desayuno, como almuerzo, como cena, era siempre desayuno buffet, y siempre variado, sólo se repetía el arroz y algún tipo de ensalada. 
Había opciones para todos: vegetarianos, carnívoros, etc. Un amplio abanico de posibilidades para saciar a todo el mundo. Propuestas basadas en una dieta equilibrada y orgánica. Comida simple, sin elaboraciones complicadas y realmente deliciosa.
Las bebidas alcohólicas no estaban incluídas, pero agua, té y café sí.
La comida acostumbraba a empezar con alguna sopa a modo de entrante. Un día nos sirvieron un espectacular ceviche:

Primeros platos y acompañantes, fríos:

y calientes:

Y platos fuertes:

Y de postres siempre había alguna elaboración del chef:

Los desayunos consistían en huevos a petición de cada uno, y en un buffet con cereales, frutas, panecillos dulces y alguna especialidad diferente diaria:

Y para algún caprichoso que tuviera algún antojo especial y lo hubiese pedido con antelación, siempre podría haber algo especial, como para mi la Nutella:

Las comidas transcurrían en la cubierta principal, 

donde también estaban los sofás y dónde nos reunían para anunciarnos el plan del día siguiente:

La noche que íbamos a cruzar el ecuador geográfico del planeta, nos reunimos todos en la cabina del capitán para vivir juntos tan magno momento de nuestras vidas. Lo immortalizamos todos como pudimos, y esta es la foto de las herramientas del capitán.

Y ese día cenamos una magnífica barbacoa en la cubierta descubierta

Y el resto del día lo pasaba disfrutando de uno de los dos jacuzzis, del magnífico solarium o de las múltiples camas balinesas de la cubierta superior del yate Sea Star:

Y un gran kudos para el capitán Limbert Matapuncho por llevarnos por las Islas Galápagos y conducirnos a buen puerto y a salvo:

y al chef Iván Rojas por alimentarnos magníficamente:

Este crucero en Galápagos incluye actividades como el snorkel, kayak a lo largo de la escarpada costa, paseos en zodiac y senderismo por algunos de los mejores lugares de Galápagos y dependiendo de qué ruta de Latin Trails. Además, también tuve tiempo suficiente para relajarme a bordo, para desconectar y disfrutar de las vistas.
Y el yate, por suerte, no se movió mucho. En realidad, dormí plácidamente cada noche. 
Quiero volver para poder realizar los otros dos itinerarios, todos los cruceros por las islas, navegan por tres itinerarios concretos. Yo hice el A.