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A veces me surgen viajes inesperados, y mi visita relámpago a A Coruña surgió sin esperarlo y lo organicé todo en un par de días.
Tengo el privilegio y el honor de ser jurado de los premios Piscina & Wellness y nuestra reunión tuvo lugar en la ciudad gallega. ¡Perfecto para aprovechar mi oportunidad para conocerla!
No puedo escribir ninguna guía de la ciudad, ni lo pretendo de lejos. Lo que quiero es transmitir mis sensaciones después de mi primera visita, y después de tener una sorpresa tan tremendamente positiva. No tenía ni idea que A Coruña fuera tan interesante y estoy encantada de haberlo descubierto.
Es por este motivo que quiero dedicarle un artículo, para inspiraros a visitarla.
Además allí no hay ni agobio de turistas, ni un calor excesivo en verano, y todo es caminable, es una ciudad pequeña – como ejemplo, el aeropuerto está a 15 minutos en taxi del casco histórico (y 23€)-.
En este link podéis ver mis fotos de A Coruña
En este link tenéis la web oficial de Turismo A Coruña
Si miráis #GraupixACoruña en mis redes sociales tendréis más inspiraciones
Para alojarme una sola noche elegí Meliá Maria Pita. Debe ser el mejor hotel de la ciudad: su ubicación en la playa de Riazor y a dos pasos del casco histórico es sencillamente imbatible.
En este link podéis ver todas mis fotos de Meliá María Pita
En este link podéis ver mi vídeo de mi habitación en Meliá María Pita
El edificio es uno de los más emblemáticos de la ciudad. Su arquitectura abierta al mar a través de grandes cristaleras por donde entra una luz atlántica maravillosa y hechas a imagen y semejanza de las galerías que han hecho que A Coruña sea conocida por el sobrenombre de «La ciudad de cristal»:

El hotel tiene 6 plantas y un total de 180 habitaciones dobles y 3 suites. A mi me tocó una Premium Room, la 514. Realmente espectacular, amplísima, cama super cómoda y unas vistas de infarto de Riazor.
Como todos los hoteles Melià, el Meliá Maria Pita ofrece un desayuno espectacular. Incluída Nutella. Y muchas especialidades regionales (quesos y embutidos gallegos, empanada y bollería dulce típica de la ciudad). Y churros, y zumos naturales, y una amplia variedad de los sabrosos panes gallegos.
Mi recomendación: id con hambre y llegad pronto. Para tomároslo con calma, como yo hice.
Que por cierto, me regalaron una tamaño grande de Nutella como detalle en el restaurante.
Además dispone de un rincón de desayuno monísimo para niños, con su tele con dibujos animados, muebles tamaño niños y detallitos varios para que se entretengan:
Yo esta vez, no utilicé el gimnasio, pero es coqueto, bien equipado, con aguas, toallas
y con sugerencias para aquellos que prefieran disfrutar de la ciudad mientras corren o caminan:
Pocos hoteles consiguen ya sorprenderme a estas alturas -después de casi 16 años explorando los mejores hoteles del mundo-, y Meliá María Pita lo han conseguido con unos detalles totalmente inesperados:

Curiosamente, fue con una sorpresa en el baño, que me enteré que en A Coruña también tiene una sirenita como en Copenhague:

Otro hotel que recomiendo aunque yo no he estado pues es nuevo de Julio 2020 y que una amiga me comenta que es BBB, es el Hotel Alda Galería.
Salí a descubrir la ciudad, básicamente, y especialmente porque sólo tenía disponible 5 horas, paseé desde el hotel por el paseo marítimo hasta llegar a la famosa Torre de Hércules y de allí dí varias vueltas por las callejuelas del casco antiguo. Este mapa refleja a grosso modo mi recorrido a pie:
La Torre de Hércules, patrimonio de la Humanidad desde 2009, es el faro romano más antiguo del mundo y el único que se conserva en servicio. Construida con toda probabilidad en la segunda mitad del siglo I, por un arquitecto de Coimbra de nombre Gaio Sevio Lupo, su luz ha sido desde siempre un punto de referencia para los navegantes. Imponente y preciosa.
El revestimiento exterior actual es del siglo XVIII, obra de Eustaquio Giannini.
De allí caminé y caminé sin rumbo por las callejuelas preciosas del casco antiguo:
Por la tarde visité otro tipo de monumento: el templo del bienestar en A Coruña, Termaria Casa del Agua.
En este link podéis ver mi vídeo de Termaria.
Por un lado es un gimnasio enorme, con piscina olímpica espectacular
Y por el otro es un talasso spa: se captan todos los beneficios del agua de mar a través de una gran canalización que recorre los 600 metros que nos separan del Océano Atlántico. Una vez en las instalaciones, es calentada a una temperatura similar a la del cuerpo humano. A esta temperatura y debido al proceso de ósmosis, las sales minerales, lodos, algas y demás elementos del agua están preparados para penetrar en la piel y generar sus reconocidos efectos terapéuticos.​ Varias piscinas, diferentes temperaturas, chorros, presiones, etc. Un lujo pasar unas horas en Termaria.

​Además un completo circuito termal con gran número de elementos (saunas de distinto tipo, fuente de hielo, zonas de contraste, pasillo de lluvia, pediluvio, etc.; terrazas con jardín y sauna exterior; y sala de descanso con calor infrarrojo
Mi zona preferida en Termaria donde estuve relajándome y disfrutando del circuito de aguas es la zona Club, una parte más exclusiva, con poca gente.

Disfruté de un Ritual Marino que consiste en un peeling corporal con sal marina y té, un baño de burbujas delicioso y un masaje corporal super relajante con las expertas manos de la terapista.
Super recomendable, me encantó.

Mi experiencia gastronómica merece un punto y aparte. Galicia es tierra de disfrutones y para saber dónde comer productos típicos y ricos, pregunté a Nani Arenas, y me recomendó su artículo «Coruña para sibaritas«.
Así pues entre lo que Nani me recomendó y las recomendaciones personales sobre dieta coruñesa que me dejaron en mi habitación en Meliá María Pita, mi elección fue:
En el casco viejo:
Mesón El Serrano, un clásico para tortilla, pimientos del padrón, calamares y croquetas.
A Pulpeira de Melide, de ella dicen que ofrece el mejor pulpo de la ciudad, y atención: la mejor tortilla de patatas de España según El Comidista

Cuatro generaciones de pulpeiros y un local algo incómodo. Cené pulpo con sus patatas y tomate negro. Todo delicioso.
Y mi último festival gastronómico fue en La Bodeguilla de Santa Cristina. Este restaurante está alejado del centro, de hecho, pertenece a otro municipio, pero está tan sólo a diez minutos del centro.
Al lado de la playa de Santa Cristina, este restaurante es un secreto, que sólo conocen los locales. Y a pesar de estar en la playa, no tiene vistas porque está en un bajo.
Pero ¿a quién le importan las vistas cuando disfruta de un plato y intentar retener los sabores en la memoria? al menos eso intenté yo:

Como veis, 48 horas dieron para mucho. Y quiero volver.