Alojarse en Conrad Tokyo, en el barrio de Shiodome, significa gozar de las mejores vistas de Tokio, estar super bien conectados en transporte público -os sugiero que os compréis una tarjeta PASMO que os servirá también para pagar atracciones turísticas, máquinas de vending, etc- , o incluso a pie como yo hice -cosa rarísima en la capital japonesa- y disfrutar de uno de los mejores hoteles donde me he alojado.
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En este link podéis leer mis propuestas chic en Shiodome y Ginza a pie desde Conrad Tokyo
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Si queréis utilizar el transporte público -os sugiero que compréis una tarjeta PASMO que además os servirá para pagar atracciones turísticas, máquinas de vending, etc.-. Otra muy buena opción es la tarjeta Suica.
Os propongo tres excursiones fantásticas a pie desde el hotel y recomendadas por el concièrge y que me encantaron por su facilidad y por su valor tradicional japonés:
1- Cruzad la calle principal saliendo del edificio y encontraréis los jardines Hama-rikyu, un magnífico jardín metropolitano que tiñe de verde Shiodome y enmarca la bahía de Tokio. El lugar fue el hogar familiar del Shogun Tokugawa, y lo utilizó como un fuerte para defender el castillo de Edo. Tiene una fosa que era llenada de agua marina y dos zonas reservadas para la cacería de patos. En 1654 se utilizaba sólo como lugar de caza de la família Tokugawa. Más tarde se construyó una mansión en terrenos ganados al mar. Después de la restauración del Meiji, el jardín se conviritió en una villa de la Família Imperial cambiando su nombre por el actual. En el gran terremoto de Kanto, en 1923, y los bombardeos de la guerra, se dañaron muchas construcciones -que fueron reconstruídas- y árboles. La Família Imperial donó el jardín a la ciudad de Tokio en noviembre de 1945.
Actualmente acceder a los jardines cuesta 300 yenes y pasear por ellos es lo que conforma una mañana perfecta. Por los caminos nos iremos encontrando: un pino de 300 años, varias casas de madera restauradas:
También vemos los kamoba: los antiguos puestos para cazar a patos, uno de 1778 y otro de 1791:
En el centro del estanque principal encontramos un salón de té –teahouse– encantador construído originariamente en 1707 (y reconstruído en 1983)
Allí se puede tomar té matcha con dulces o sin ellos. Nos tenemos que quitar los zapatos al entrar y sentarnos en el suelo, a la manera tradicional. Yo me tomé mi tiempo para disfrutar de esta sensación de disfrute japonés. (aclaración: no realizan la ceremonia del té).
Desde allí nos podemos embarcar en cualquiera de los autobuses acuáticos, y yo me decidí por el que navega hasta Asakusa, por 750 yenes. Más información sobre estos barcos en este link.
El paseo en barco dura unos 45 minutos y es super agradable. Al llegar a nuestro punto final vemos el extraño edificio Asahi Beer Hall diseñado por Philippe Starck en 1989.
Desembarqué en Asakusa y caminé hasta el famosísimo templo Sensoji pasando por la calle Nakamise Dori, se encuentran unas cien tiendas de artesanía, recuerdos y muchos snacks dulces y salados.
Allí visité el templo Sensoji, pero tenéis que tener en cuenta que siempre es uno de los más visitados de la ciudad, por lo que está siempre lleno de turistas y locales. Había mucha gente vestida a la manera tradicional.
2- Si queréis sumergiros en la cultura japonesa, tenéis que acudir a una representación de kabuki en el teatro Kabukiza, a quince minutos a pie de Conrad Tokyo. Como describe el blog japonismo: «El teatro kabuki es un tipo de teatro japonés tradicional originario del periodo de Edo. Reconocido como uno de los tres teatros clásicos de Japón junto con el teatro nō y el teatro de marionetas bunraku hoy es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y en Tokio puede disfrutarse en varios teatros entre los que destacan el teatro Kabukiza en Ginza»
Según una ley aprobada en 1629, todos los actores de las actuaciones de Kabuki son hombres, incluso en los papeles femeninos. Algunos actores se convierten en especialistas de papeles femeninos, conocidos como onnagata, y son grandes ídolos, de hecho, en el teatro se venden todo tipo de recuerdos y objetos con estos populares actores.
En este link podéis comprar entradas para ver una función, existiendo también la posibilidad de comprar entrada sólo para un acto en este link.
El teatro Kabukiza está encima la estación de metro Higashi-ginza, y en su planta inferior, encontramos muchísimos stands que venden snacks dulces, salados, souvenirs del teatro y todo tipo de productos interesantes para los que somos turistas:
En esta zona compré varios recuerdos, realmente un lugar ideal para encontrar objetos y productos japoneses para llevarnos.
No dejéis de subir a la quinta planta del teatro, a la que se accede sin pagar para dos cosas:
– Ver la magnífica terraza del teatro a modo de jardín zen, una «terraza secreta» en el corazón de Ginza
En esa misma planta encontraréis la tienda Maruyama Nori donde están especializados en algas y en té matcha. Tan sólo para ver el diseño de la tienda, de bambú diseñada por Kengo Kuma ya vale la pena acercaros.
Comercializan su propio té biológico bajo la marca de Jugetsudo. Y también tienen tienda en París.
Además por 6.000 yenes podéis disfrutar del auténtico arte de una ceremonia del té «para principiantes».
En este link encontraréis más información sobre el programa de 45 minutos.
3- Mi ultima propuesta dista a unos diez minutos en taxi o a unos veinte minutos caminando del hotel Conrad Tokyo. También super interesante pues descubriremos una mezcla de tradición e historia con modernidad: Acercaos hasta el Templo Zojoji que es un impresionante complejo de templos que acoge la tumba de seis shogun Tokugawa.
La puerta principal, Sangedatsumon (original de 1,622, mide 21 metros de alto, 28,7 metros de ancho y 17,6 metros de profundidad), sobresale como una imponente representación de la arquitectura budista tradicional en pleno centro de Tokio, y es además la única estructura del templo que sobrevivió los bombardeos en la segunda guerra mundial.
El complejo de templos es impresionante, aquí una foto desde arriba la Tokyo Tower:
Quiero destacar la campana Doibonsho, construida en 1673, con 1,76 metros de diámetro, la campana se toca dos veces al día: seis veces a primera hora de la mañana y seis veces a última hora de la tarde.
Como dice Japonismo en su blog: «sigue siendo el templo principal de la secta Jodo-Shu y seminario de importancia para sacerdores y novicios de la región de Kanto».
Zojoji está relacionado con la família que reinó en Japón en el período Edo de 1603 a 1868, y es el hogar de los mausoleos de seis Shoguns Tokugawa y algunos miembros de la família.
No os perdáis las impresionantes hileras de estatuas jizo, son las deidades en honor a los bebés fallecidos antes de nacer o poco después. Casi todos tienen gorritos de lana, baberos y molinos de viento que ponen los visitantes y famílias. Realmente emocionante.
El templo Zojoji y la torre de Tokyo se encuentran uno al lado del otro, por lo que vale la pena combinar ambas atracciones.
La Torre de Tokio fue construída en 1958, y es un símbolo del renacimiento de Tokio después de la II Guerra Mundial. La imponente estructura que alcanza los 333 metros de altura es el lugar perfecto para asombrarse de la inmensidad de la megalópolis. Además hay cuatro plantas de tiendas y tenderetes, restaurantes y todo lo que necesitéis para entreteneros.
Subir a la Torre de Tokio cuesta 2800 yenes. Más información de precios y horarios en este link.
Hay una zona con el suelo de cristal que puede impresionar para hacer fotos. En mi última visita, estaban haciendo reparaciones en la torre, por lo que no se visualiza el suelo, sino los andamios.