Cuando un hotel está rodeado por un hermoso jardín, eso ya lo convierte en atractivo, y especialmente si estamos en la gran metrópolis de Tokio, proporciona un refugio silencioso, una sensación de vacaciones. Esta es sin duda, la principal atracción para elegir Chinzanso como nuestro hotel en Tokio. Las seis hectáreas de árboles, flores, riachuelos y la fabulosa y única pagoda de más de 700 años, hacen que nuestra estancia sea totalmente especial y diferente. No tenemos la sensación de estar en el bullicio de la gran metrópolis, sino de estar en un resort, apartado del mundanal ruido y en medio de un jardín histórico.
Y además poder explorar una zona con cero turistas, y no por ello, menos interesante: Kagurazaka donde encontraremos tiendas que os encantarán, templos, museos, etc.
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Podéis leer aquí mi artículo sobre mis sugerencias chic en Kagurazaka y los templos que os propongo que visitéis.
En este link de Japonismo podéis leer más sobre la zona de Kagurazaka
En este link podéis ver mis fotos de Hotel Chinzanso Tokyo
En este link podéis ver mi vídeo de Hotel Chinzanso Tokyo
Podéis mirar #GraupixTokyo en mis redes sociales para ver y leer mi experiencia en Tokio.
Los jardines son públicos ahora, y su historia se remonta a hace 140 años cuando un antiguo primer ministro, Yamagata Aritomo, bautizó a esos jardines como Chinzanso «la montaña de las camelias». Los diferentes riachuelos y caminos del jardín, lo convierten en una jardín único.
Más de mil árboles, cien variedades de camelias, y las espectaculares luciérnagas que se pueden observar revoloteando en los meses de mayo-junio. Y lo más espectacular: visitar los jardines durante el sakura -floración de los cerezos, hacia mediados de marzo- o en otoño con los diferentes colores en los que los árboles se transforman. Un paseo fotográfico por los magníficos jardines:
Y la pagoda de tres plantas y más de 700 años, construída completamente de madera:
Esparcidas por el jardín también encontramos unas veinte estatuas de diosas de la buena fortuna del templo Sekihoji de Kioto.
El magnífico Hotel Chinzanso Tokyo abrió sus puertas en 1952, y en 2015 después de ser el Four Seasons durante muchos años, pasó a manos japonesas y ser el símbolo de la pura elegancia nipona. Eliminad de vuestro imaginario los grandes rascacielos de Ginza, Shiodome u otros barrios de Tokio, pensad en vacaciones, tranquilidad y espacios abiertos. Esto es lo que encontraréis en Hotel Chinzanso Tokyo.
Un vetusto edificio de 14 plantas y otros edificios de planta baja me recibieron cálidamente:
La entrada del hotel, el lobby es enorme y señorial, la primera señal de lo que nos espera, y, tiene además vistas al jardín.
Un bonsái que se cambia cada dos semanas preside la majestuosa escalera que nos conduce a la zona inferior del hotel y al jardín.
Mi habitación, la 1235 era de tipo standard pero grande: 45m2, por ser Tokio es muy grande, una cama super cómoda, muchas almohadas, buen wifi y vistas al jardín ¿Qué más podría desear?
Cuarto de baño con bañera, ducha, toiletries de L’Occitane.
En la habitación me esperaba un detalle de bienvenida precioso y sólo de productos japoneses: crackers, galletitas, té verde y una figura de origami:
El hotel cuenta con 291 habitaciones, una de ellas es la suite japonesa, transformada en un ryokan, este el vuestro lugar es si queréis conocer una experiencia auténticamente nipona.
Y os comparto un pequeño secreto: en la planta doce hay un lounge pensado para reuniones donde además encontraréis una enorme selección de aguas de todo el mundo:
Mi primera cena decidí hacerla en el japonés Miyuki. Menú degustación de langosta y cangrejo, arte en los platos, servicio perfecto, protagonismo del sabor de cada ingrediente. Sencillamente perfecto.
La segunda cena me llevó por los sinuosos caminos del jardín, hasta la casita de madera Mucha-An, especializados en pasta soba, de trigo de Hokkaido.
Otra cena deliciosa y auténticamente japonesa.
Para el desayuno se puede elegir entre dos opciones: tradicional japonés en Miyuki o Occidental en Il Teatro. Fue mi opción. A la carta y con vistas al jardín.
¡Y con mi Nutella incluída!
Mi parte preferida del hotel es Yu, the Spa: está dividido en varias partes, el spa donde están las salas de tratamientos, una enorme piscina climatizada con techo retráctil y que se destapa en verano,
la zona de onsen muy bonita y que utiliza aguas termales de la Prefectura de Shizuoka,
la zona de salas de tratamientos donde yo pude disfrutar de un masaje de 90 minutos espectacular. Disponen de ocho salas de tratamientos, y una de ellas es doble.
el gimnasio y un sala inmensa donde descansar y tomar alguna infusión antes de nuestra actividad.
Y cuando brilla el sol, el mejor lugar del hotel para tomar algo y relajarse admirando el fabuloso jardín, es la inmensa terraza:
El hotel es tremendamente popular para celebraciones familiares, bodas y para eventos de empresa pues dispone de unas instalaciones fabulosas para realizar cualquier tipo de eventos.