Seleccionar página

Mi comarca preferida en Cataluña es la Garrotxa, por sus paisajes verdes, su energía única y especialmente porque mis vacaciones de mi infancia transcurrieron en un pueblito pequeñísimo, Riudaura, donde aprendí a amar la montaña, y a que la leche fresca proviene de las vacas -soy una urbanita nata-.
La Garrotxa es además la zona volcánica más importante de la península ibérica, Finca el Ventós dispone de una impresionante finca forestal de 400 hectáreas en el espectacular Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Desde mi habitación sólo veía montañas, el verde de los árboles y el azul del cielo.
Para ver mis fotos de Finca El Ventós linkar aquí
Para ver mi vídeo de Finca El Ventós linkar aquí
Podéis buscar #GraupixVentós en mis redes sociales para más detalles

Os propongo cerrar los ojos e imaginar un lugar dónde el único ruido que se oye, sea la brisa del viento o el cantar de los pájaros; un hotel donde el desayuno empieza a las 9, donde podamos dejar nuestra habitación sin prisas.
Visualizad una foto panorámica, hecha con dron, donde el verde predomina el paisaje y se puede ver una casa en la cima de una montaña. Eso es Finca el Ventós.

La recepción se abre a unos grandes ventanales con vistas a las montañas, y cuando estuve yo, los colores del otoño teñían los bosques. Sin duda, una llegada inspiradora.

El hotel cuenta con salones con chimenea, zonas de relax que se suman a la sensación de descanso.

Finca El Ventós cuenta con 10 habitaciones, todas muy amplias y de decoración realmente muy confortable y de un estilo rural chic.

y las suites son todavía más grandes y todas con terraza -algunas cubiertas, otras descubiertas-. Todas las habitaciones disponen de vistas espectaculares a la montaña, porque el hotel está casi en la cima de la montaña, una montaña privada, formidable.

Cama comodísima con muchísimas almohadas, wifi muy bien, toiletries de Prija (sin suavizante, chicas, traéroslo) en las habitaciones y de Alqvimia en las suites, una gran bañera con jacuzzi, amplísima ducha y en mi suite 105 una gran zona exterior. La mayor terraza pertenece a la suite 103. Simplemente fabulosa.

La comida es un punto a favor espectacular: desayuno con unas magdalenas horneadas a diario por la chef Bea, croissants, panes de pueblo, Nutella, quesos y fruta. No dejéis de pedir los huevos fritos (o como queráis), pues son huevos de payés, de una granja cercana, donde las gallinas corretean felices y eso se nota en su sabor delicioso.
Podéis escoger dentro o en la gran zona exterior del restaurante Emocions, con un ambiente muy acogedor, y donde también disfrutar de las vistas con tranquilidad.

También su menú de comida, dispone de una gran oferta y todo hecho allí mismo al momento. Yo disfruté de varios platos. Como acabo de volver y las setas están en temporada degusté de varios platos con seta, y probad el hummus hecho con judías de Santa Pau, exclusivísimas, y riquísimas.

Por cierto, no dejéis de probar el flan casero de postres.

Siguiendo con mi experiencia de relax y bienestar, pude disfrutar de un masaje con aceites de Alqvimia en su sala de tratamientos. De hecho, la sala está situada al lado del enorme jardín y la piscina.

Adyacente a la piscina se encuentra una zona de jardín zen con una zona de aguas, donde me dicen que se hacen clases de yoga con el buen tiempo. O sea, que sin duda, tendré que volver a Finca El Ventós.

Lo bueno es que al tener una montaña propia a la finca, es que ese aislamiento acústico y ese disfrutar de la naturaleza a fondo, son literales y reales aquí. En Finca El Ventós proponen diferentes rutas en 4×4, o en moto o a pie para conocer los paisajes, y son caminos exclusivos diseñados por ellos, y de diferentes dificultades.

Yo hice uno donde me crucé con caballos, asnos y vacas. Todo muy bucólico.

Otra de las actividades que me propusieron en Finca El Ventós fue la visita a una granja lechera cercana, Mas la Coromina, donde pude conocer de primera mano el funcionamiento vertical de una granja lechera: desde donde pastan las vacas -unas 400- o por donde corretean las gallinas felices,

además cultivan el pasto del que se alimentan estas vacas, hasta la producción de productos propios como leche Ato, yogures, quesos, flanes, artesanales etc que venden en la preciosa tienda en la propiedad.

Mas La Coromina es el lugar perfecto para que lo visiten escuelas donde los niños pueden aprender todo el proceso y participar en él interactuando con los animales. Precios a partir de 5€ para los niños y 8€ para adultos.
También cuentan con una sala polivalente para reuniones.

Cuesta mucho impresionarme, y sea el aire puro, las vistas, la comida… han sido tres días espectaculares en Finca El Ventós. Lo recomiendo si queréis relajaros, escaparos de vuestra rutina y tener una experiencia rural de lujo en un entorno único.