Riga es la mayor de las capitales bálticas y es una gran desconocida. Es una ciudad muy asequible a pie, podemos conocerla en un par de días (yo estuve cuatro noches) y nos sorprenderá por su dinámica vida cultural, por su arquitectura diversa y fabulosa.
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En el año 2017 la región de Riga-Gauja fue reconocida con el premio European Region of Gastronomy. La gastronomía de Letonia es poco conocida para mí y por eso quise conocer las tendencias actuales de la cocina letona. Os presento una selección de restaurantes, cafeterías y experiencias foodies que seguro serán de vuestro agrado cuando visitéis la fascinante Riga:
– En el Grand Hotel Kempinski en su restaurante Amber cené deliciosamente con un producto de proximidad con toques modernos. Más información sobre la gastronomía en el hotel, en este link
No os perdáis su Afternoon Tree, es decir, una original invención de la chef Svetlana Riskova con una presentación única en forma de árbol metálico
– Ferma: Abierto el 22 de julio de 2016 es uno de los restaurantes más populares de Riga y no me extraña nada: me encantó. Ferma significa granja en letón, por lo que con su nombre ya nos transmiten la filosofía del chef Maris Astics: productos kilómetro cero y respeto total al sabor.
El local es muy agradable, de decoración contemporánea con maderas oscuras y grandes lámparas modernas, realmente muy acogedor. Su plato estrella es la carne de res letona envejecida.
Yo disfruté de vieiras a la plancha con puré de guisantes verde, espárragos blancos y salsa de fruta de la pasión, gambas a la plancha con crema de wasabi y salsa de limoncillo. Entre los primeros y los segundos nos sirvieron sorbete de manzana. De platos principales unos espectaculares raviolis de marisco con puré de coliflor, salsa de coco y limoncillo, y una bullabesa de pescado y para rematar un postre de mango con sorbete de fruta de la pasión.
El pan lo hacen ellos y nos sirvieron de tres tipos diferentes acompañados de tres mantequillas. Sencillamente todo delicioso y muy recomendable.
– 3 Pavaru: Situado en los históricos cuarteles de Jacob –construídos en el siglo XVIII y restaurados a finales de los 90- este bonito restaurante ocupa tres plantas de uno de estos cuarteles. Si lo que buscáis es una experiencia gastronómica de cocina contemporánea letona, este es vuestro lugar.
Tres populares chefs locales: Eriks Dreibants, Arturs Trinkuns y Martins Sirmais han diseñado este espacio donde reinterpretan platos tradicionales, los preparan en una cocina a la vista de manera exquisita y limpísima, y los presentan de manera muy emocionante. El clásico pan con aceite o mantequilla se convierte en un lienzo con ocho salsas de colores diferentes que se puede mojar el pan que hacen ellos mismos. Aquí es la primera impresión.
Todos los platos son basados en productos de temporada, comí pescado con alguna salsa un pescado ahumado semicrudo con puré de coliflor, sopa de remolacha espectacular, sorbete servido con humo de nitrógeno y de postre un inolvidable nougat con merengue.
La vajilla y cristalería son de Ittala y en la planta superior hay un showroom de la firma
– Muusu: Abierto en 2015 y ubicado en el corazón del casco antiguo, y en una vieja casona, este elegante y coqueto restaurante, cuenta con varias plantas de restaurante.
La más superior es un Lounge para tomar cocktails, la primera planta cuenta además con una sala privada y una gran terraza, y la planta de entrada dispone de un techo de cristal, toda esta cuidada decoración de inspiración nórdica, lo convierte en un lugar muy confortable y agradable para comer.
La fuerza de Muusu es su chef Kaspars Jansons, uno de los más afamados de la ciudad. Sus platos no sólo son deliciosos, sino su presentación pretende acercarse a arte. La estética de la loza casa muy bien con los platos No tememos afirmar que él es uno de los mejores chefs de la ciudad. La cerámica ascética de Muusu, que fue hecha por porcelana de Rauna, casa perfectamente con las creaciones del chef Kaspars.
Comí una espectacular sopa de alcachofas con wontons rellenos de gamba, filete de trucha frito en mantequilla, asado con salsa de verdura, croquetas de mozzarella y puré de tomate, apio asado con quinoa y reducción de balsámico con puré de calabaza y queso de cabra con miel. De postres una realmente memorable tarta de manzana.
– Moltto: Es un bonito restaurante especializado en vinos del mundo con más de 200 referencias en su bodega, y seguramente debe ser la carta de vinos más extensa de Riga. Los vinos son resultado de sugerencias de famosos soumeliers letones e internacionales. Abierto en 2016, ofrece buena comida y con mucho amor al detalle. Curiosamente, todo el ventanal a la calle, está decorado con un bonito y enorme acuario
– Miit: El paraíso de los hípsters, sirven excelente café, pasteles varios e irradian simpatía. Su especialidad son los platos vegetarianos y los bocadillos vegetales. Dicen también que su brunch es de los mejores de la ciudad.
– Rigensis: en el corazón del casco viejo, esta panadería os enamorará por sus panes clásicos letones –oscuros- pero también por sus baguettes, quiches, pasteles, y todo tipo de dulces de panadería. También dispone de una pequeña cafetería. Os lo recomiendo para un alto en el camino.
– Épilogue: esta novísima cafetería y restaurante abiertos en enero 2018, es un lugar muy coqueto donde disfrutar de pasteles hechos en casa –yo comí un Sacher delicioso- y comida de buena calidad y con productos locales. La decoración y su atmósfera os encantarán.
– Mute: * Abril 2021, parece permanentemente cerrado. Abierto en Junio de 2015, es un precioso local dividido en dos partes: una cafetería fabulosa de tonos azules y grisáceos donde degustar un buen café y pasteles hechos por ellos, y al fondo del local un espacio para comer y disfrutar del brunch de los domingos con luz natural por tener el techo de cristal. También disponen de una amplia carta de cócteles que ofrecen en The Cocktail Bar.
– Mercado central: es el lugar perfecto para probar productos locales y para aprovechar para comprar algo típico (yo compré miel). Situado al lado de la estación central de trenes, se encuentra en los antiguos hangares para zepelines.
En cada hangar encontramos una oferta diferente y por fuera podemos buscar gangas en el mercadillo de ropa. Vale mucho la pena pasearnos por allí y comprar algún producto típico o probar algo.
– Bálsamo negro o Melnais Balzāms: Es la bebida alcóholica típica de Riga y que te la ofrecen en todas partes, y en varias tiendas como la de la fotografía. Viene a ser una mezcla entre medicina y licor de hierbas (con una concentración de alcohol de 42%). El bálsamo negro es el resultado de mezclar vodka con ingredientes naturales, incluyendo varias plantas, flores y bayas. Hay diferentes tipos. Probadlo y lleváoslo como souvenir, yo lo hice.