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La segunda ciudad más poblada de Francia, Marsella, cambió radicalmente de aspecto cuando en el año 2013 fue la capital europea de la cultura. Desde entonces, arquitectos de renombre han firmado edificios, diseñadores se han establecido en viejas atarazanas, y ha surgido una voluntad de devolver el esplendor de la ciudad que antaño fue.
Con 26 siglos de historia sigue siendo una metrópoli en plena transformación: Pasear por el nuevo rostro del Vieux Port – donde Norman Foster firma la Ombrière– la explanada del J4 con el museo Mucem, la Villa La Méditérranée y el Musée Regards de Provence, un sinfín de actividades, múltiple oferta cultural y de compras.
Pasear por la nueva zona comercial del La Joliette o pasear por el barrio viejo Panier son dos must en Marsella.

Sin duda, la inauguración en 2013 del Intercontinental Marseille-Hôtel de Dieu ha contribuido enormemente a poner Marsella en el mapa de los jetsetters mundiales. Elegir este hotel es la mejor opción para disfrutar de una ubicación perfecta en el corazón de la ciudad, así como una confortabilidad y servicio perfectos.

Para ver mis fotos de Intercontinental Marseille-Hôtel de Dieu linkar aquí
Para ver mi vídeo de Intercontinental Marseille-Hôtel de Dieu linkar aquí
Para ver mi vídeo del Spa by Clarins en Intercontinental Marseille-Hôtel de Dieu linkar aquí
Linkad aquí para ver mis fotos de Marsella.

Gracias a mi curiosidad por conocer Intercontinental Marseille-Hôtel de Dieu he descubierto una ciudad muy interesante y donde vale la pena pasar unos días, o empezar en ella nuestra exploración de la Provenza francesa.
He recorrido durante cuatro días la ciudad buscando las tiendas más chic y lugares con encanto:

La ciudad es famosa por su Jabón de Marsella: Existen dos tipos uno verde y otro blanco. El jabón verde se produce con aceite de oliva, y el blanco se produce con aceite de copra y de palma. El jabón extra puro contiene un 72% de estos aceites, todos ellos 100% naturales. La fabricación del jabón de Marsella también es muy precisa: Se realiza en un caldero, mezclando la sosa y los aceites. El proceso que sigue a la mezcla consiste en fabricar la pasta, se le extrae los residuos, cocerla, alargarla, colarla y secarla. Finalmente, se corta y se estampa. Después se convierte en pequeños cubos y diferentes formatos. Además de le añaden diferentes perfumes, normalmente lavanda, limón, etc. (entonces ya no es oficialmente jabón de Marsella). Actualmente son pocos los productores de jabón «real». Entrar en una de estas tiendas es empezar a disfrutar olores y texturas, todo muy bien dispuesto y colocado e inspira a comprar. Mis preferidos:
Le Bazar de Cesar: reciben los jabones de diferentes jabonerías y ellos los secan.
Curiosidad que me comentó el propietario: es aconsejable poner una pastilla de jabón de Marsella al pie de la cama para prevenir resfriados y calambres

Otra tienda de jabones muy chic:
Compagnie de Provencetienda encantadora con los famosos jabones y fragancias.
Hubiera pasado horas en esta tienda! También venden online.

El pastís es un anís típico de la ciudad, cuyo contenido alcohólico ronda el 40-45%. Sin duda, es otro de los souvernirs típicos que podemos comprar. Lo venden en todas partes, pero mi sugerencia es:
La Maison du pastis: disponen de 75 variedades de pastís en esta tienda e incluso puedes probar para elegir el que más os guste.
También podemos encontrar pastís y otros productos delicatessen de toda la zona en:
Delices Lamarque: con delicatesen dulces y salados de la Provenza y algunos de más allá.
La tienda es realmente muy agradable y es el lugar perfecto para comprar algún producto para llevarnos un buen recuerdo de la ciudad.

Comptoir ó Huiles: tienda-bistró donde venden  aceite de oliva a granel y en botellas de diseño.
Además disponen de almuerzos o cenas con productos seleccionados cuidadosamente y sólo con productos locales

Seguimos con productos típicos de la ciudad:
– Four des Navettes es el horno más antiguo de Marsella, del 1781, y que cuentan con una nueva  abierta en 2016, yo visité las dos tiendas.

Las Navettes son una especie de pancito dulce, cuyo nombre y forma recuerdan los de un barquito y hecho en este horno. Es una masa de pan más bien dura, con gusto de flor de azahar y que está pensada para mojar en el café. Más información en este link.

Diseñadores locales reunidos en una sola tienda:
Le Panier des Createurs: espacio pequeño donde encontraremos un poco de todo -decoración, complementos, ropa, etc- siempre hecho y diseñado por creadores locales.

La sélection de Sophie Ferjani: Concept store abierta en octubre 2017, está especializada en decoración, de la conocida arquitecta Sophie Ferjani. Es una delicia pasearse por la tienda, en ella encontraremos un diminuto café, ropa de cama, velas y muebles, todos diseñados por Sophie.

Centros comerciales:
Les Docks: es un edificio totalmente recuperado de lo que eran las antiguas atarazanas y estuvo abandonado muchos años.

Ahora en él encontraremos un espacio muy chic con diseñadores y espacios para encontrar desde ropa a decoración.

Y justo enfrente encontramos Les Terrasses du Port: un centro comercial moderno con todo tipo de tiendas internacionales y muchas opciones para comer

En el Panier encontré una tienda muy simpática, pequeña pero muy coqueta: con todo tipo de artilugios dedicados a la sardina
La Sardine en Vacances: cajitas, velas, camisetas, elementos decorativos, siempre con la sardina de protagonista. La sardina forma parte de la gastronomía de Marsella.
Si queremos merendar o hacer un alto en el camino, no os perdáis:
Maison Zeppini: una monísima pastelería con salón de té abierta en febrero del 2013, cuya especialidad es el babá al ron y los populares macarones. Situada enfrente de la ópera

Mis propuestas para comer son:
Miramar: sin duda el mejor lugar donde poder degustar una auténtica bullabesa, el típico cocido de pescado: El Miramar fue abierto en 1949 y son los fundadores de la Charte de la Bouillabaisse, es decir, la asociación que protege la receta de la auténtica bullabesa. La verdadera receta está cocinada con peces de roca de la zona, por lo que tenéis que desconfiar de ofertas por menos de 45 euros por persona.
Espectacular comida (¡y sus postres!), servicio atento y amable, y con vistas al puerto.
Si queréis realizar un curso para aprender a cocinar la popular bullabesa, en la oficina de turismo organizan los jueves cursillos en Le Miramar. Chequear este link para confirmar fechas.

Mi selección de bistrós y restaurantes en Marsella:
– Casa Pietra: ubicado en la nueva zona de la Joliette, y está especializado en gastronomía de Córcega, me dicen que no os perdáis sus canelones al brocciu (un tipo de queso)
Abierto en octubre de 2014. Su decoración pretende recordar a un pub inglés
– Les Halles de la Major: muy cerca de Casa Pietra y con vistas al mar, ofrece muy buena oferta con un local dividido en varias partes a modo de mercado fresco, donde se escogen los pescados en lo que viene a ser la pescadería y luego se cocinan al gusto, y lo mismo con la carnes, la pasta fresca etc. Muy recomendable.
– The Babel Community: es un espacio de coworking y un moderno restaurante recientemente abierto, a modo de trattoria italiana muy agradable.