He pasado parte de los veranos de mi infancia en Calonge, una población pequeña, cerca de la playa en la Costa Brava. Y por circunstancias varias llevaba años sin acercarme por esa zona. Hace unas pocas semanas esto ha cambiado porque leyendo la web de Turismo Costa Brava ví que había una serie de hoteles y actividades relacionados con el wellness que no conocía, por lo que decidí organizarme cuatro días para volver por la zona y conocer algo más de la oferta de Salud y Bienestar en la Costa Brava.
Desde la estación de Sants tardo tan sólo 37 minutos en llegar a Girona. Literalmente un momento. Camino por el encantador casco viejo. Girona, es sin duda, una de las ciudades más bonitas que conozco. Es de tamaño mediano, con oferta arquitectónica e histórica tan atractiva, que merece la pena organizar una escapada de tres o cuatro días para perderse por sus callejuelas, sus murallas y descubrir rincones. Además, su gastronomía es espectacular, empezando por sencillos restaurantes como el König hasta el triestrellado Celler de Can Roca.
En mi caso disponía de poco tiempo por lo que me decanté por todo un clásico en Girona: König, donde por poco dinero se puede optar a deliciosos e imaginativos bocadillos, hamburguesas o ensaladas, y velozmente que era lo importante. Los múltiples restaurantes König existen desde 1973, y están siempre llenos, señal de su buen hacer.
Mi primera parada Aqva Banys Romans, es un balneario urbano abierto hace pocos meses, construído sobre una antigua villa romana que conservaba un horno del siglo I dC y donde gracias a las excavaciones encontraron varios objetos del mismo período –Alto Imperial Romano-. Más tarde el edificio acogió el primer hospital de Girona –conocido en su momento como hospital de los curas- y actualmente tras un exhaustivo estudio arqueológico, se han recuperado los cuatro arcos, así como elementos hidráulicos de los siglos XII y XIV, lo que hace que la experiencia de disfrutar balneario en este entorno, se convierta en algo único.
Dividido en tres plantas, el circuito empieza de baños de diferentes aguas y temperaturas tal y como indica la tradición romana: Calidarium (agua caliente), Tepidarium (agua templada) y Fridirarium (fría).
Después se accede a la primera planta donde se puede disfrutar del hammam, la sauna de sal (Haloterapia), y del circuito pediluvio para los pies.
En la segunda planta se encuentra la zona de masajes –con tres camillas-, terraza y unos vestuarios muy monos. Toda una experiencia espectacular para relajarse, a partir de 35€.
Ya que estamos en Girona y no lejos de Aqva Banys Romans, os propongo algo de historia: Visitar los baños romanos mejor conservados que se conocen, de estilo románico construidos en 1194 y llamados Baños árabes porque imitan la estructura de los baños musulmanes.
Mi hotel en Girona es, sin duda, el Carlemany, un hotel equidistante del centro histórico y de la estación de tren. Totalmente reformado con 90 habitaciones donde el trato es exquisito y su desayuno es uno de los mejores que he probado. En este link podéis ver mis fotos del Carlemany.
Casi todos los catalanes hemos veraneado en Platja d’Aro, sea en familia, sea escapadas románticas o con amigos: Es una ciudad que tiene una grandísima playa muy bonita, un centro con todas las atracciones de tiendas, y restaurantes que los visitantes quieren, y en invierno se convierte en una agradable ciudad, y además con mucha oferta de ocio y cultural.
De Girona a Platja d’Aro hay tan sólo 30 minutos en coche. Como no conduzco, utilicé los servicios de Costa Brava Luxury Cars para llegar a uno de los hoteles más reconocidos de Cataluña: el Sallés Hotel & Spa Cala del Pi, de tan sólo 49 habitaciones, y que sin duda responde a mis expectativas de lo que espero de un hotel de lujo: amor al detalle, los empleados son muy serviciales y simpáticos, disponen de un spa formidable – piscinas interior y exterior-, su gastronomía liderada por el chef Enric Herce es deliciosa y las grandes terrazas ofrecen vistas espectaculares a la Cala del Pi.
En este link podés ver mis fotos del Sallés Hotel & Spa Cala del Pi
En este link podéis ver mi vídeo de mi Suite en el Sallés Hotel & Spa Cala del Pi
En este link podéis ver mi vídeo del Spa en el Sallés Hotel & Spa Cala del Pi
Encontramos tres tipos de habitaciones diferentes, mejor dicho, tres decoraciones diferentes: las de la Masía –suites y con grandes terrazas privadas con vistas exclusivas a la Cala del Pi-, luego la suite Margarita Bonita pensada para escapadas románticas y sexys (no os perdáis el link oficial ni mi vídeo en este link), y el resto de habitaciones que sorprenden por sus tonos rojizos chillones, y al mismo tiempo por su confortabilidad, todas ellas muy amplias.
Mi primer día en Cala del Pi fue tranquilo: a primera hora de la mañana, practiqué yoga con vistas increíbles y el sonido del mar. Una profesora de Hatha Yoga viene cada mañana en temporada alta.
Más tarde disfruté del Spa, dirigido por Anna Romerales, quien está introduciendo nuevos tratamientos. Yo pude probar el nuevo ritual Arrels -arrels significa en catalán raíces- y este tratamiento transporta al huésped al pino protagonista de la Cala del Pi y al Mar Mediterráneo, donde los movimientos de la terapista empiezan por los pies –las raíces- e imitan las olas del mar, van subiendo por la columna –el tronco del pino- y siguen por el cuello brazos –las ramas del pino- y terminan en la cabeza –la copa del pino-, así como diferentes sensaciones gracias a combinar elementos fríos y calientes e incluso chispeantes imitando el romper de las olas. Sencillamente espectacular y todo un homenaje a la historia y al lugar. Para completar la tarde hice uso de la piscina del Spa y del circuito de saunas, chorros de la piscina y jacuzzi. Relax total.
Y mi día coronó con una delicada cena que más que comida parecía arte: Sin duda, el Chef Enric Herce, está elevando la gastronomía en Platja d’Aro a toda una experiencia que bien merece un viaje.
El Camí de Ronda es un recorrido que bordea todo el litoral de la Costa Brava. Sólo se puede acceder a él a pie. Es sin duda, la mejor manera de conocer la Costa Brava: Son senderos estrechos, con desniveles, con cierto grado de dificultad pero también hay tramos facilísimos, como el que recorrí yo esta vez empezando en S’Agaró. Su belleza paisajística, la posibilidad de observar los tonos turquesas de las diferentes playas, así como de poder acceder ellas, lo hace una actividad muy recomendable para todos.
S’Agaró pertenece a Platja d’Aro y es la parte más glamourosa de la Costa Brava y tiene una explicación: en 1923 el empresario Josep Entesa compró unos terrenos, y en ellos juntamente con el arquitecto Rafael Masó edificó varias casas donde plasmaron su catalanismo con diferentes elementos arquitectónicos. Hoy es la esxclusiva urbanización S’Agaró. Además, por la misma época se construyó el lujoso Hostal La Gavina, por lo que se convertió en punto de encuentro de la burguesía catalana, artistas y políticos. Por esa época, la Costa Brava también fue testigo de producciones de Hollywwood como “Pandora”, «Mr Arkadin» –lo que atrajo a Ava Gardner, Frank Sinatra, Orson Wells entre muchos otros- o más recientemente «Mar Adentro«.
Mi elección para pasar la última noche fue el Silken Park Hotel San Jorge, situado a pocos metros del Sallés Hotel & Spa Cala del Pi, y muy conocido por sus privilegiadas terrazas con vistas a maravillosas de la Costa Brava.
Dispone de 121 habitaciones –pedid sólo las renovadas- con simpáticos guiños marineros y exclusivas vistas.
La gastronomía es buena y pude disfrutar de una cena excelente -rematada con el inolvidable postre de pastel de plátano, el de la foto-. El buffet del desayuno con muchas opciones para elegir y lo más espectacular es degustarlo tranquilamente en ese entorno privilegiado.
Un coqueto Spa –no os perdáis las magníficas salas de tratamientos exteriores- y una gran piscina conforman este hotel. Lugar ideal para relajarse del mundanal ruido.
En este link podéis ver mis fotos del Silken Park Hotel San Jorge
En este link podéis ver mi vídeo del Silken Park Hotel San Jorge
En este link podéis ver el Spa del Silken Park Hotel San Jorge
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En definitiva, que visitar a la Costa Brava a cuidarse es un must y un placer para los sentidos. Mi sugerencia es evitar la temporada alta y disfrutar de 3 días en Girona y 4 o 5 por la Costa Brava. Cualquier pregunta os puedo ayudar, en planificar y organizar vuestro viaje.