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Recibo con frecuencia mensajes de lectores, que me piden sugerencias para una escapada al sol, para huir del largo invierno, y si es posible, no demasiado lejos, es decir, a no más de 6-7 horas de vuelo. Y siempre tengo la misma respuesta: Escapada exótica, que combine playas de arena blanca y aguas turquesas, con una estancia en el desierto, emulando los beduinos más modernos, todo con una tranquilidad y exclusividad.
Mi propuesta: Empieza en Omán, en el remoto Six Senses Zighy Bay, lo suficientemente recóndito para ser exclusivo, pero al mismo tiempo a tan sólo una hora y media del aeropuerto de Dubai. Y sigue con una aventura de lujo en el desierto de Ras Al-Khaimah en Al Wadi Desert, a Ritz-Carlton Partner Hotel. Escondido en una bahía recóndita de Omán, en Six Senses Zighy Bay encontramos el equilibro perfecto entre la antigua cultura árabe y la modernidad que buscamos los viajeros: desde la tecnología a una gastronomía deliciosa y todo tipo de servicios.
El resort Zighy Bay conjuga ambas necesidades con los paisajes espectaculares, magníficas playas y adentrarnos en la forma de vida tradicional de la región. Sito en una bahía a los pies de una montaña recóndita de la Península Arábiga: para llegar al resort, tenemos que salvar una montaña muy escarbada sólo accesible a expertos conductores, en la que nos iremos cruzando con el animal más característico de Omán, las simpáticas cabras, que además son el símbolo de Zighy Bay (las encontraremos en forma de lámpara, abridores, o souvenirs varios).
El resort está compuesto por 82 villas, todas ellas construidas siguiendo la arquitectura local con piedra de la zona, suelos de madera, techos de caña y muebles de madera oscura.
Su estilo decorativo utiliza muchos elementos reciclados y parece inspirado en Robinson Crusoe, el ecoluxury en su definición más rotunda.

Cada villa dispone de una gran terraza, cama balinesa, piscina propia y espacio para poder organizar cenas privadas.
La bicicleta o los buggies eléctricos son los medios de transporte en el resort.
Actividades como pasear con un dhow –la embarcación típica árabe- para disfrutar de la puesta del sol con una copa de vino espumante de dátiles, o probar su actividad estrella: el descenso a la bahía en parapente –yo lo hice acompañada del experto monitor, y ¡wow!, es toda una experiencia-.
O disfrutar de una cena con vistas de infarto en el restaurante Sense on the Edge en lo alto de la montaña, es realmente único.

El resort dispone de dos piscinas enormes, una con agua salada y otra con agua de temperatura regulada que son el complemento perfecto para el Spa.

Los Spas de los resorts Six Senses son un destino per se, ya que responde a los más altos estándares y a una reconocida experiencia en diferentes técnicas.

Yo pude probar el hammam, así como pude realizar una consulta con el Dr. Gopal especializado en tratamientos ayurvédicos. Además de un masaje realizado por una terapista tailandesa quien alivió de mis tensiones.
Para ver mis fotos de Six Senses Zighy Bay linkar aquí
Para ver mi vídeo de Six Senses Zighy Bay linkar aquí
Para ver mi vídeo del spa de Six Senses Zighy Bay linkar aquí
Para ver mi video de mi vuelo en parapente en Six Senses Zighy Bay linkar aquí
Podéis mirar #GraupixOman en mis redes sociales para ver más detalles e inspiración
A tan sólo una hora de distancia de Zighy Bay, en el desierto de Ras Al-Khaimah -uno de los emiratos más desconocidos- a medio camino de Dubai, se encuentra The Ritz Carlton Ras Al Khaima, el hotel más representativo de lo que es la vida en el desierto con 101 villas de lujo de estilo beduino.
Varias torres de vigilancia tradicionales están esparcidas por todo el área ocupada por el hotel, mezcladas entre la fauna y la flora del desierto, y a modo de iluminación por los caminos del resort, encontramos la reproducción de dichas torres.
La reserva natural de Al Wadi es la primera área protegida de Ras Al-Khaimah –el emirato donde está ubicado-. Es un santuario para la fauna y flora autóctona, abarca unas cien hectáreas de desierto y acoge a tres especies de antílopes reintroducidas: la gacela blanca, la arábiga y el órix, que nos iremos encontrando en nuestros desplazamientos por el resort.
Una de las actividades que se organizan es conocer con un experto local, los animales y los árboles locales. Además de aprender sobre la vida en el desierto, actividades como el tiro con arco o la demostración de cetrería –con las aves rapaces que viven en el resort– son parte de las actividades incluidas para todos los huéspedes.
No nos será fácil abandonar las espaciosas villas, todas ellas con su propia piscina con vistas al desierto, disponen de una gran terraza donde poder contemplar la puesta de sol o disfrutar de una copa mientras observamos el magnífico cielo estrellado en las noches del desierto.

Las villas están divididas en un pequeño hall de entrada, y luego dos partes: la de la enorme habitación con un pequeño salón, y la de la zona de baño y armarios.
Todo decorado con muebles de madera oscura contemporáneos, suelos de madera, y techos a modo de tienda beduina.

Disfrutando de una villa así, no se me hizo fácil salir de ella para probar otras actividades, pero lo que no me perdí es el magnífico spa con sus 4000m2 de circuito termal el Spa consta de diferentes tipos de sauna de vapor, y circuitos de hidroterapia y una gran piscina con chorros de diferente intensidad para poder llegar a la relajación total.
Los masajes son parte esencial de la filosofía de Ritz-Carlton, con sus orígenes tailandeses ofrecen terapias holísticas para reconfortar cuerpo y mente.

Al Wadi dispone además de un exclusivo centro para congresos de hasta 150 personas que combinado con las instalaciones, son seguro el marco perfecto para un evento exclusivo único.
Para ver mis fotos de The Ritz-Carlton Ras Al Khaimah, Al Wadi Desert linkar aquí
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Para ver mi video del spa de The Ritz-Carlton Ras Al Khaimah, Al Wadi Desert linkar aquí
La perfecta combinación de siete días para cambiar de aires y coger energías para seguir con nuestra vida rutinaria. Mi sugerencia nunca falla, todos los que han seguido mis consejos están encantados.