Raras veces ocurre que una persona sea la responsable de poner un país entero en el mapa de los viajeros del mundo como sucede con Carlos Pellas y Nicaragua. Él es uno de los hombres más ricos de su país y el ideólogo detrás del repunte turístico de este país centroamericano. Miembro de la cuarta generación de la familia propietaria del ron Flor de Caña –dedicada a la banca, medios de comunicación, seguros, temas inmobiliarios y, sobre todo, a la filantropía–, Pellas ha levantado el resort más lujoso de Centroamérica: Mukul Beach, Golf & Spa. Anclada en una playa privada de Guacalito de la Isla – bautizada con el poético nombre de Costa Esmeralda–, la propiedad ocupa 675 hectáreas y su diseño fue concebido por el diseñador de interiores Paul Duesing, quien trabajó de la mano de artistas nicaragüenses para crear un ambiente en el que abundan los detalles «Made in Nicaragua«. El resort dispone de 12 villas –con piscina, jardín secreto y vistas a la playa de Manzanillo– además de otros 23 bohíos –como si fueran casas de árbol de madera de teca- dotados de amplias terrazas y piscinas privadas, perfectas para disfrutar de las vistas de la playa. Forma parte de Preferred Hotels.
La Casona de Don Carlos es una villa privada de cuatro suites y piscina infinita desde la cual se domina el océano. El precio de estancia incluye los desayunos y comidas, además de amenidades de bienvenida en las habitaciones como una botella de Flor de Caña y chocolate delicioso producido por las comunidades cercanas al Resort. La cata de rones es una experiencia obligada, durante la que no se debe dejar de probar el etiqueta negra, reserva de 12 años.La palabra Mukul significa «secreto» en lengua Maya y resulta sorprendente encontrarse en este enclave uno de los mejores campos de golf del mundo, diseñado por David McLay Kidd –quien integró de forma excepcional las pendientes de la propiedad y el frondoso bosque tropical. El campo consta de 18 hoyos naturalmente encajados en el medio ambiente y ofrece al golfista todos los niveles de dificultad, además de vistas al océano. El Green del hoyo 18 termina a pocos pasos del agua, donde las olas son perfectas para practicar el surf. Las playas del hotel y las zonas adyacentes están repletas de surfers que encuentran en la Costa Esmeralda todos los elementos necesarios para disfrutar de la emoción de este deporte.
Un capítulo aparte merece el Spa Mukul, sin duda uno de los mejores del mundo: no existe recepción del spa como tal, sinó cada huésped es recibido en una de sus seis enormes suites completamente privadas; cada una cuenta con una decoración diferente inspirada en temas holísticos como Secret Garden, Rain Forest, Healing Hut, Hammam, Secret Sanctuary o Crytal Temple, además los masajistas están especializados en tratamientos específicos a cada suite temática. El acompañamiento de la música ambiente pensada para aconseguir el máximo relax, que junto con las vistas, consiguen que el huésped llegue al máximo de estado relajación y desconexión.
El equipo de guardabosques de aventura del resort está plenamente familiarizado con la flora y fauna nativa y pasean a los huéspedes que así lo desean por la variada reserva natural de Guacalito de la Isla. El programa «Observación» permite familiarizarse con la tortuga golfina –endémica de la región y en peligro de extinción–, visitar el tortugario y aprender sobre los cuidados necesarios para el nacimiento seguro de las pequeñas crías. Doce kms de senderos naturales son el hogar de animales silvestres como monos, perezosos, iguanas y aves tropicales. Todo el resort es ecosostenible, como tiene que ser.Mukul es el sitio idóneo para disfrutar de una escapada que combina el descanso con la actividad física y también para empezar a descubrir un país que está despertando de su letargo y se ha convertido en un must go. Tengo que confesar que tenía cierto reparo mientras preparaba mi viaje: mi desconocimiento sobre el país era total, pero la sorpresa es que he vuelto fascinada. Nicaragua es un país amable, seguro, con gente encantadora y un vasto territorio por explorar. Este resort ofrece la excusa perfecta para sumergirse por completo en él.
Una buena idea es combinar una estancia en Mukul con una visita a la coqueta y colorida ciudad colonial de Granada –a algo más de una hora por carretera- que por haber sido fundada en 1524 es la más antigua del país y una de las más antiguas del Continente Americano. En ella –ubicada a tan solo 40 minutos de Managua, llena de historia, majestuosidad y cultura– encontramos calles empedradas, iglesias de graciosa arquitectura, casas de vivos colores, deliciosos cafés y restaurantes ecohipsters como Espressonista.Alojarse en Granada es una buena opción pues sus noches son muy animadas y cuenta con encantadores hoteles boutique como el Tribal–inspirado en las antiguas casonas del lugar combinado con tejidos traídos de Kenia– además de opciones para diversos presupuestos. Recorrerla sin prisas en carro de caballos o en bicicleta es obligado.
Por último, los viajeros amantes del surf pueden dirigirse a San Juan del Sur, en la frontera con Costa Rica en el Pacífico, para disfrutar de las mejores playas. Tanto en el pueblo como en sus alrededores es posible encontrar alojamientos a la orilla del mar, cuyas olas son perfectas para realizar proezas sobre la tabla. Nicaragua es también el paraíso secreto de los surfistas.Y para llegar a Nicaragua mi consejo es volar hasta Ciudad de México y de allá tomar la perfecta conexión con Aeroméxico