El primer hotel de la cadena y que es también el buque insignia del Grupo Hotelero, es el MO Hong Kong, situado en el corazón de la ciudad se ha labrado un espacio especial en el corazón de la comunidad local. Sus dedicados empleados, sus 10 restaurantes y bares excepcionales, su spa galardonado internacionalmente, el Mandarin Barber – su barbería vintage de absoluto lujo-, 13 salas de reuniones, un Bussines center abierto las 24 horas y un extraordinario centro fitness. Como si de un reloj suizo se tratara el hotel funciona las 24 horas a la perfección de la mano de su Director General, el suizo Jonas Schuermann. No he dormido en él pero he comido sus espectaculares dimsum en el Man Wah, lugar de reunión de la sociedad local para degustar cocina tradicional cantonesa y cuenta con una estrella Michelin.
Un poco de historia: En 1958, Hugh Barton, Presidente de la Empresa Hong Kong Land Company, tuvo un sueño: el distrito Central de Hong Kong necesitaba un hotel de categoría mundial. Su sueño se hizo realidad el 1 de septiembre de 1963, cuando el icónico Mandarin Oriental de Hong Kong (anteriormente conocido como “Mandarín”) abrió sus puertas al público. Pero no fue hasta el 25 de octubre de 1963 cuando hizo su apertura oficial con 650 habitaciones y sus 27 plantas de altura, convirtiéndose entonces en el edificio más alto de la Isla de Hong Kong y automáticamente en un emblema de la ciudad que sigue vigente a día de hoy.
Para celebrar estos 50 años han preparado diferentes actos, promociones y sorpresas, por ejemplo quien se alojo hasta finales de año podrá disfrutar de una botella de Champán y un cheque regalo de 50 dólares en el galardonado Spa del Hotel, además de un obsequio especial por su 50 aniversario con el Celebration Stay Package. En el Clipper Lounge hay una exposición de fotografías históricas que son un must para visitar pero mejor aprovechad para disfrutar de su famoso Afternoon Tea.
Y en su spa también han ideado dos tratamientos especiales para celebrar tan importante aniversario, el «Golden facial treatment» del que he podido disfrutar. Se trata de una profunda limpieza de los poros de la piel, seguid de un masaje que toca los puntos más importantes según la medicina china, y una mascarilla de oro. Mientras se tiene la maravillosa mascarilla puesta, aprovechan para deleitar al cliente con un masaje de pies o manos. Todo con la delicadeza y el buen hacer de las expertas terapistas del Mandarin Oriental. Os aseguro que han sido dos horas de puro placer.
Es ya una costumbre para mi cada vez que visito Hong Kong ir al Mandarin Oriental y degustar alguno de los delicatessen de su Mandarin Shop con increíbles chocolates con mil formas diferentes y deliciosos pasteles, o probar sus dumplings o dimsum en el restaurante chino Man Wah en la planta 25.
Para quien visite Hong Kong por primera vez, es obligada una visita al Mandarin Oriental, es protagonista de la historia de la ciudad.