Paris es siempre maravilloso, cualquier exposición o cualquier apertura de hotel de lujo es buena excusa para ir. Quiero compartir mi selección de mejores pâtisseries en Paris, y estoy segura que todavía me dejo alguna -otro motivo para volver a París- pero las que os presento las he recorrido y hasta he hecho tasting chocolate day.
Me encanta el chocolate (sólo el negro, ya os informo) y los pasteles en general. Soy lo que se dice una golosa, y aquí os presento unas pastelerías que van a convertirse en vuestra perdición si váis a París y las visitáis. Comprar y probar es sucumbir al pecado y es el inicio para llegar al Nirvana.
En este link podéis leer mis sugerencias de hoteles para todos los bolsillos en París
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Luego eso sí, detox tres días seguidos, a jugos y caldos como penitencia. Pero que nos quiten lo bailado, delicioso! Esto es una selección y no un ranking, porque sólo se vive una vez, leed y disfrutad:
– Pierre Hermé: Sin duda en el top de mi selección. En el escaparate de su tienda hay un solo pastel, cual joya única. Los pasteles que se ven en la tienda son hechos el mismo día, lo que queda del día anterior ha sido donado o tirado. Hermé es a la pastelería lo que Cartier a la joyería: piezas (y precios) únicos. La tienda es puro diseño minimalista, y poco pastel para sucumbir a la tentación, pero los que hay me derritieron. Y compré. Y me
elevé. De obligada visita en París.
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– Angelina: Desde 1.903 turistas y damas de la alta sociedad parisina copan el salon de thé de muros neoclásicos y paisajes napolitanos. Desde el desayuno, a la merienda.
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– Angelina: Desde 1.903 turistas y damas de la alta sociedad parisina copan el salon de thé de muros neoclásicos y paisajes napolitanos. Desde el desayuno, a la merienda.
No os perdáis el Mont-Thabor biscuit de albaricoque, su gelée, y mousse de chocolate y caramelo. Todo es delicioso.
– Stohrer: Nicolas Stohrer era el jefe pastelero de Louis XV y en el año 1.730 abrió su propia pastelería y se convirtió en toda una referencia de la historia gastronómica dulce francesa. De panes a croissants, pasteles, tartas y todo lo que deseemos. De difícil elección, me quedé con un Barbade, puro chocolate con un poco de mermelada de higos, que se deshacía en la boca. Memorable.
– Hugo & Victor: Es la más joven de estas tentadoras pastelerías boutique, abierta en 2.010 por Hugues Pouget introduce sabores exóticos mezclados con los sabores más clásicos producto de su experiencia en estancias en Singapur, Shanghai y Brasil. Tienda elegante y sobria, no hay colores distonantes. Dispone de vinos para combinar con los pasteles.
– Arnaud Lahrer es sin duda uno de mis preferidos. Tiene diferentes tiendas en Paris, pero no tiene salón degustación, es decir: compramos y nos vamos.
Mis top son el babá y su trabajo con el chocolate negro
– Sadaharu Aoki: Es bien conocida la fama de metódicos y perfeccionistas de los chefs japoneses, Sadaharu Aoki ha trabajado en Francia desde 1.991 y con tiendas propias en Tokio, Taipéi y París (desde 1.998), fusiona perfectamente la lujosa pastelería francesa con la sobriedad y la estética japonesa. Allí elegí el Cuneo: crema de chocolate, avellanas, mirliton con jengibre, coulis de fruta de la pasión y glaseado de cacao, ¿Apetece verdad?
– Un dimanche à Paris: Para los adictos al chocolate, el auténtico paraíso. Cuidado, acercarse es peligroso. ¡Me lo quería comer todo! La historia empezó cuando Pierre Cluizel diseñó en su mente qué quería ofrecer, un lugar para reunirse con sus amigos y que todo girase entorno al chocolate. Un dimanche à Paris es una concept-store con bar con chocolate, salón de té, tienda, restaurante, etc. La perdición para los muy chocolateros como yo.
– Lenôtre: Concerto, así se llama el pastel que disfruté en mi corta visita. Lenôtre es tienda y catering, y sus pasteles son increíbles, o eso dicen mis amigos parisinos. Otra visita obligada en este recorrido para amantes de lo dulce y sobre todo del chocolate.
– Café Pouchkine: La que dicen es la mejor pastelería de París. El título está disputadísimo y yo no me atrevería a calificar ni descartar. De hecho soy incapaz. Sólo por su decoración es un destino gastronómico desde 1.999. Creado por Andrey Dellos, fundador de la casa Dellos, Cafe Puchkine se dedica a la cocina rusa y francesa en un entorno excepcional. Hoy, es un lugar mítico en la restauración de Moscú reconocida en todo el mundo, contad con hacer mucha cola para conseguir el preciado pastel.
– Ladurée: No podía terminar este post sin hablar del clásico Ladurée. Clásico pues todo comenzó en 1.862, cuando Louis Ernest Ladurée creó una panadería en 16 rue Royale en París. Son ultrafamosos por los macarons ya que aquí fueron creados, y son seguramente unos de los mejores souvenirs que podemos comprar en la capital francesa.
Además en Ladurée ofrecen productos poco dulces pero muy atractivos: velas perfumadas, perfumes para la casa y productos de belleza (cremas, gel, etc). Ir allí significa quemar la visa y hacer un buen rato de cola.
¡Espero que so os haya hecho al boca agua!